Ismael prosiguió:
—Ya sabemos lo que sucede si adoptamos la premisa de los Tomadores: que el mundo pertenece al hombre.
—Sí, lo cual acaba en desastre.
—¿Y qué ocurre si adoptamos la premisa de los Dejadores, es decir, que el hombre pertenece al mundo?
—Pues que, entonces, la creación no se acaba nunca.
—¿Y qué te parece eso?
—Doy mi voto.