—Pero, por supuesto, la Madre Cultura no enseñó que hubiera que desechar todo lo proveniente del pasado. ¿Qué había que salvar? ¿Qué se salvó realmente?
—Yo diría que la información sobre cómo fabricar o hacer en general ciertas cosas.
—Se salvó toda información relacionada con la producción. Y es por eso por lo que las cosas están como están.
—Sí.
—Por supuesto, también los Dejadores salvan la información sobre la producción, pero raras veces es la producción por la producción un rasgo característico de sus vidas. Entre los Dejadores, la gente no tiene cupos semanales de cacharros o puntas de flecha que producir. No está preocupada por aumentar su producción de hachas.
—Cierto.
—Así, aunque guarda información sobre la producción, la mayor parte de la información que guarda es sobre otras cosas. ¿Cómo caracterizarías tú esa información?
—Creo que ya diste tú la respuesta a esa pregunta hace unos minutos. Guardan lo que funciona bien para ellos.
—¿Para ellos? ¿No para todo el mundo?
—No. Yo no soy un experto en antropología, pero he leído suficientes cosas relacionadas con esta materia para saber que, por ejemplo, los zuñis o los navajos no creen que su manera de vivir sea la manera en que debe vivir todo el mundo. Cada pueblo tiene una manera de vivir que funciona bien para sus integrantes.
—Y esta manera de vivir, que funciona bien para sus integrantes, es la que éstos enseñan a sus hijos, ¿no?
—Sí. Y lo que nosotros enseñamos a nuestros hijos es sobre todo cómo fabricar cosas. Cómo fabricar más y mejores cosas.
—¿Por qué no les enseñáis lo que funciona bien para la gente?
—Yo diría que porque no sabemos qué es lo que funciona bien para la gente. Cada generación tiene que idear su propia versión de lo que funciona bien para la gente. Mis padres tenían su versión, que era bastante inútil, y los padres de mis padres tenían también su versión, que era bastante inútil, y nosotros estamos creando actualmente nuestra propia versión, que probablemente les parecerá bastante inútil a nuestros hijos.