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—En la época en que los Tomadores irrumpieron en el Nuevo Mundo y empezaron a destrozarlo todo, los Dejadores estaban buscando in situ una respuesta a la pregunta: «¿Existe una manera de ser sedentario que no atente contra la ley que hemos venido observando desde el principio de los tiempos?». Por supuesto, no pretendo decir que hubieran formulado conscientemente esta pregunta. Ellos no eran más conscientes de esta ley que los primeros aviadores lo fueron de las leyes de la aerodinámica. Pero pelearon igualmente: construyendo y abandonando un ensayo de civilización tras otro, tratando de encontrar uno que volara. Proceder de esta manera puede resultar muy lento. Proceder según el método del ensayo y el error podría haberles supuesto otros diez o cincuenta mil años. Al parecer tenían la sensatez suficiente para decirse que no había prisa. No tenían necesidad de lanzarse al aire. Según ellos, no tenía sentido entregarse a un modo de civilización que iba claramente lanzado hacia el desastre, como ha ocurrido con los Tomadores.

Ismael hizo una parada, y al ver yo que no proseguía, pregunté:

—¿Y ahora qué?

Sus pómulos se contrajeron para esbozar una sonrisa.

—Ahora puedes marcharte y volver cuando estés preparado para decirme qué ley o conjunto de leyes ha existido en la comunidad de la vida desde el principio.

—No estoy seguro de estar preparado para eso.

—Pues es lo que hemos estado haciendo aquí durante la última media semana, aunque no desde el principio: hemos estado preparándonos.

—Pero yo no sabría por dónde empezar.

—Sí que lo sabes. Tienes las mismas tres pistas que en el caso de los A, los B y los C. La ley que estás buscando ha sido observada invariablemente en la comunidad de la vida durante tres mil millones de años. —Ismael hizo un gesto en dirección al mundo exterior—. Y por eso las cosas están como están. Si esta ley no hubiera sido observada desde el principio por una generación tras otra, los mares habrían sido unos desiertos sin vida y la Tierra seguiría siendo un montón de polvo azotado por el viento. Las incontables formas de vida que ves aquí surgieron siguiendo esta ley, y fue siguiendo esta ley como surgió también el hombre. Y sólo una vez en toda la historia de este planeta ha habido una especie que ha tratado de vivir desafiando esta ley, y no una especie entera, sino sólo un pueblo llamado los Tomadores. Hace diez mil años, este pueblo dijo: «Se acabó lo que se daba. El hombre no está sujeto a esta ley», y empezó a saltarse a la torera la ley en todos los aspectos. Todo lo que estaba prohibido por esa ley lo incorporó a su civilización en el marco de su política básica. Y ahora, quinientas generaciones después, está a punto de pagar el precio que cualquier otra especie habría tenido que pagar por vivir de manera contraria a esta ley.

Ismael abrió una mano a modo conclusivo.

—Esto debería bastarte como pista.