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Me di cuenta de que estaba hecho un lío.

—¿Estás sugiriendo que esta explicación es falsa? —le pregunté.

Ismael sacudió la cabeza.

—No sirve de nada enfrentarse a la mitología. Hace mucho tiempo, los de tu cultura creían que la Tierra era el centro del universo. Como el hombre era la razón principal por la que había sido creado el universo, resultaba perfectamente lógico que su patria fuera la capital del mismo. Los seguidores de Copérnico no rebatieron esta idea. No señalaron a la gente con el dedo y les dijeron: «Estáis equivocados». Antes bien, señalaron a los cielos y dijeron: «Mirad bien lo que hay ahí».

—No estoy seguro de a dónde pretendes ir a parar.

—¿Cómo llegaron los Tomadores a la conclusión de que existía algo fundamentalmente defectuoso en los humanos? ¿Qué pruebas tenían ante los ojos?

—No lo sé.

—Creo que te estás haciendo el ignorante a propósito. Tenían ante los ojos la prueba de la historia humana.

—Cierto.

—¿Y cuándo empezó la historia humana?

—Pues… hará unos tres millones de años.

Ismael me echó una mirada de hastío.

—Como sin duda sabrás, sólo recientemente se han añadido esos tres millones de años a la historia humana. Antes, todo el mundo declaraba que la historia había empezado… ¿cuándo?

—Pues…, hace sólo unos miles de años.

—Sí. De hecho, entre los de tu cultura se decía que toda la historia humana era vuestra historia. Nadie tenía la menor sospecha de que hubiera habido vida humana antes de vuestro reinado.

—Así es.

—Bien, y cuando los de tu cultura sacaron la conclusión de que había algo fundamentalmente defectuoso entre los humanos, ¿qué prueba tenían ante los ojos?

—La prueba de su propia historia.

—Exactamente. Tenían ante los ojos el cero coma cinco por ciento de una prueba sacada de una única cultura. No era una muestra razonable de la que poder sacar una conclusión tan trascendental.

—Desde luego que no.

—Pero no hay nada fundamentalmente defectuoso entre los humanos. Si se trata de representar una historia que los coloque en sintonía con el mundo, vivirán en sintonía con el mundo. Pero si se trata de representar una historia que los enfrente al mundo, como hace la vuestra, vivirán enfrentados al mundo. Si se trata de representar una historia en la que los humanos son los dueños del mundo, los humanos actuarán como dueños del mundo. Y, si se trata de representar una historia en la que el mundo es un enemigo a conquistar, lo conquistarán como enemigo, y un buen día este enemigo se desangrará inevitablemente a sus pies, como estamos viendo que le sucede al mundo actualmente.