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Mientras tanto abajo, alrededor de la tele, el argumento de la televisión corruptora gana adeptos:

—La estupidez, la vulgaridad, la violencia de los programas… ¡Es increíble! Ya no se puede enchufar la tele sin ver…

—Dibujos animados japoneses… ¿Habéis visto alguna vez los dibujos animados japoneses?

—No es solamente una cuestión de programa… Es la tele en sí…, esa facilidad…, esa pasividad del telespectador…

—Sí, enchufas, te sientas…

—Haces zapping…

—Esa dispersión.

—Por lo menos permite evitar los anuncios.

—Ni siquiera eso. Han sincronizado los programas.

Dejas un anuncio para caer en otro.

—¡A veces sobre el mismo!

De repente, silencio: brusco descubrimiento de uno de esos territorios «consensuales» iluminados por el deslumbrante resplandor de nuestra lucidez adulta.

Entonces, alguien, a media voz:

—¡Leer, desde luego, es otra cosa, leer es un acto!

—Está muy bien lo que acabas de decir, leer es un acto, «el acto de leer», es muy cierto…

—Mientras que la tele, e incluso el cine si nos paramos a pensarlo…, en una película todo está dado, nada se conquista, todo está masticado, la imagen, el sonido, los decorados, la música de fondo en el caso de que no se entendiera la intención del director…

—La puerta que chirría para indicarte que es el momento de morirte de miedo…

—En la lectura hay que imaginar todo eso… La lectura es un acto de creación permanente.

Nuevo silencio.

(Entre «creadores permanentes», esta vez).

Luego:

—Lo que a mí me sorprende es el promedio de horas que pasa un chiquillo delante de la tele en comparación con las horas de lengua en la escuela. Leí unas estadísticas sobre eso.

—¡Debe ser escalofriante!

—Una por cada seis o siete. Sin contar las horas que pasa en el cine. Un niño (no me refiero al nuestro) pasa una media (media mínima) de dos horas al día delante de la tele y de ocho a diez durante el fin de semana. O sea un total de treinta y seis horas por cinco horas de lengua semanales.

—Evidentemente, la escuela no funciona.

Tercer silencio.

El de los abismos insondables.