Quiero dar las gracias a las siguientes personas por su amable ayuda en la preparación de este manuscrito:
A Charles Walk, que ahora publica el Helena Independent Record, y que fue el primer periodista que apareció en el escenario el 3 de febrero de 1959, el día del accidente de la avioneta, y cuyo artículo fue recogido por las agencias de noticias más importantes.
A Jean Wallace, de la Biblioteca de Beaumont, por su generosa y profesional ayuda y sus ánimos en el curso de mi tardía investigación.
A Eric Gerber, del Houston Post, por los pequeños detalles que me fueron de gran ayuda.
Al doctor Alfonso Rodríguez López, por su asistencia médica y su comprensión.
Gary Snyder, por los antecedentes y consecuentes y un montón de datos entre ambos.
A un gran número de amigos cuyas primeras lecturas del manuscrito estuvieron marcadas por la sagacidad y el tacto más exquisitos: Leonard Charles, Richard Cortez Day, Morgan Entrekin, Bob Funt, Jeremiah Gorsline, Michael Helm, Jack Hitt, Freeman House y Nina, Jerry Martien, Lynn Milliman y Victoria Stockley.
A Anne Rumsey por coordinar todos los permisos y enviar todos los sobres.
A Gary Fisketjon, por su amable corazón y su aguda pluma.
Y a Melanie Jackson por mantener unido lo que tiende a disgregarse.
Mi más sincera gratitud.