Dos

En el viaje desde Des Moines a Plano, Iowa, Danielle conduce mientras Max duerme. Pese al caos de maletas, taxis, tráfico y discusiones, han conseguido tomar el vuelo desde Nueva York. Ella ha intentado por todos los medios, con todas las súplicas posibles, que Max acceda a ir a Maitland, pero él solo ha cedido cuando ella se ha desmoronado por completo. Entonces, Danielle no ha esperado a que cambiara de opinión. Se ha quedado en vela toda la noche, asomándose constantemente a su habitación para asegurarse de que seguía… vivo. Al día siguiente, estaban en el avión.

Su ansiedad disminuye cuando se concentra en la carretera. Enciende un cigarro y baja la ventanilla, con la esperanza de que Max no se despierte. Él odia que fume. El paisaje es llano, seco, pardo. Sin embargo, cuando llegan a Plano y salen de la autopista, aparece una vegetación exuberante, con todos los matices del verde. Ella percibe el olor de la lluvia recién caída y se imagina una riada de expiación que purifica el mundo, que deja solo lo incorruptible, la tierra negra y secreta. Es una señal de esperanza. Es el presentimiento de que todo va a ir bien.

Alza la cara hacia el sol y se relaja, y piensa en Max de niño. Recuerda una tarde en concreto, en la granja de su padre, en Wisconsin, poco antes de que él muriera. Danielle estaba meciéndose en el columpio del porche y observando el sol del atardecer. Max trepó por sus piernas y se tendió en su regazo. Habían estado nadando toda la mañana y el niño estaba exhausto. Se abrazó a su madre y se quedó dormido. Ella inhaló profundamente el perfume de las magnolias que colgaban de unas ramas por encima de ellos, mezclado con el olor de su hijo. Y mientras lo estrechaba contra sí, notaba los latidos de su corazón. Con los ojos cerrados, se abandonó a las sensaciones de aquel momento compartido entre madre e hijo, perfecto e intenso. Había pensado que las cosas siempre serían así. Que nunca habría nada que pudiera separarlos.

Entonces es cuando ve el arco blanco de la entrada, y lee el letrero descolorido. Unas palabras formadas con letras de metal negro que se recortan contra el cielo.

Maitland.

Hospital Psiquiátrico Maitland.