NOTAS

[1] Ver, “Los Vengadores de la Patagonia Trágica”, por Osvaldo Bayer.

[2] El placer de estos tres muchachos irresponsables es parar en la calle a todo militar de graduación que encuentren. Lo amenazan con arma de fuego, le toman la gorra que se la arrojan al medio de la calle, luego le hacen quitar las botas que también van a parar al medio de la calzada y por último le hacen sacar los breeches ante el atónito público que sólo osa disparar. Una vez en esas lamentables condiciones hacen correr al militar tirándole varios chumbos entre las piernas.

[3] Con justa razón escribía Diego Abad de Santillán que desde 1890 la Argentina ocupaba el primer puesto en el mundo por el número de sus publicaciones anarquistas.

[4] Se refiere a Hipólito Yrigoyen.

[5] Se refiere al partido radical.

[6] Ver el versado trabajo de Alicia Maguid publicado en la revista “Mundo Nuevo”, Nº 44.

[7] Colaboración desinteresada del señor Jorge H. Suárez, con quien me gustaría polemizar en ciertos aspectos pero que no puedo hacerlo porque ignoro su dirección.

[8] El alférez Beascochea finalizará su alegato de tres horas señalando: “Excelentísimos señores del Consejo: he llegado al término de mi tarea, he demostrado que los cargos acumulados por el Fiscal son todos infundados. He probado que el comandante Funes no es culpable; he dejado en evidencia que antes, durante y después del desastre, la conducta observada por mi defendido era la que correspondía a un oficial de honor. Nada me queda pues, que demostrar…”. A continuación pidió la absolución de culpa y cargo del acusado.