Los egiptólogos del DAI quieren quitarse de encima a Rudolf Gantenbrink. ¿Por qué? ¿Acaso no realizó un descubrimiento espectacular con su robot? ¿No dedicó mucho tiempo y dinero al servicio de la arqueología y contribuyó a avanzar el estado de los conocimientos? ¿Fue anticientífico? En absoluto: sus resultados pueden ser reproducidos por quien sea, cuando sea. ¿Fue maleducado o arisco? De ningún modo: Gantenbrink es una persona muy agradable. ¿Hizo circular todo tipo de rumores y especulaciones anticientíficas? Tampoco: habló con los medios de comunicación de una manera muy cauta y reservada. Siempre afirmó claramente que nadie sabía si se podría encontrar algo tras la puerta de piedra de la galería recién descubierta; se negó a especular al respecto. Entonces ¿cuál fue su error? ¿Por qué es persona non grata para los egiptólogos de la DAI?
Habló con la prensa. No corrió tras los periodistas para proclamar al mundo sus descubrimientos: fueron los periodistas los que conocieron el rumor de su descubrimiento sensacional a través de los científicos británicos, y fueron ellos los que lo buscaron. Al fin y al cabo, es misión de los periodistas enterarse de las novedades interesantes e investigarlas. Pero Rudolf Gantenbrink no intentó ganar puntos con ello: mantuvo una postura mesurada, seria y moderada. ¿Tenía que haber mentido y que haber contado un cuento chino a los periodistas? ¡Gantenbrink no es político!
En un informe de la Agencia de Prensa Alemana (DPA) del 27 de junio de 1994, el periodista Jórg Fischer escribe:
Una vez más, como en muchas ocasiones a lo largo de los siglos pasados, las enormes pirámides de Gizé son el centro de imaginaciones misteriosas y místicas (…). El experto en rebotica muniqués Rudolf Gantenbrink anunció a la prensa de manera independiente su descubrimiento y dijo que sospechaba que existía una cámara de enterramiento tras la puerta. «Algún periódico sensacionalista alemán ha encontrado ya las cenizas de un faraón y un tesoro de oro», comentó el profesor Rainer Stadelmann, director de la DAI, hablando de las «tonterías» que se han escrito sobre el tema, según él[123].
Las palabras que se atribuyen aquí a Gantenbrink no están fundadas. Nunca manifestó la opinión de que existiese una cámara de enterramiento detrás de la puerta. Los medios de comunicación, que no saben hacer otra cosa, se han puesto aquí al servicio de un profesor que quiere desacreditar y desvirtuar la labor de Gantenbrink. Gantenbrink no ofreció nunca «voluntariamente» ninguna información a la prensa, pues nunca fue miembro de la DAI, y, por lo tanto, no fue sometido nunca a ninguna restricción de información que quisiera imponer esta agencia. El informe de la DPA que fue comunicado internacionalmente y que sirvió de base a muchos artículos de prensa logró el objetivo de desinformación que buscaba el profesor. El público tenía que creer que Gantenbrink estaba publicando imaginaciones anticientíficas. Esto molestó tanto, a su vez, al gobierno egipcio, que retiró el permiso para realizar nuevas investigaciones en las galerías de las pirámides.