Nosotros, las instituciones y los individuos que tomamos parte en la búsqueda de inteligencia extraterrestre, reconocemos que esta búsqueda compone parte integral de la investigación espacial y que debe abordarse con intenciones pacíficas y para el interés común de toda la humanidad. Nos inspira en esta búsqueda la enorme importancia de obtener pruebas de la existencia de vida extraterrestre, aunque sea pequeña la probabilidad de hacer tal descubrimiento.
Recordamos a todos los participantes el pacto que regula todas las actividades gubernamentales de investigación y utilización del espacio (…) que se aplica también a los grupos de financiación estatal (…) (artículo XI).
Confirmamos los principios siguientes, que deben ser guardados en el caso de que haya que difundir información sobre el descubrimiento de inteligencia extraterrestre:
1. Toda persona y todo gobierno o institución de investigación privada o ministerio que crea haber recibido una señal u otro tipo de prueba que confirme la existencia de vida extraterrestre deberá intentar comprobar si la explicación más plausible demuestra, verdaderamente, la existencia de inteligencia extraterrestre y no se trata de un fenómeno natural de algún tipo, antes de hacer cualquier declaración pública. Si no se puede obtener una prueba definitiva de la existencia de inteligencia extraterrestre, el descubridor podrá publicar sus hallazgos bajo la calificación de «fenómeno desconocido».
2. Antes de que el descubridor haga ninguna declaración pública en el sentido de que se han encontrado pruebas de la existencia de inteligencia extraterrestre, deberá informar inmediatamente a todos los demás investigadores e institutos de investigación que participan en esta declaración (…). Los participantes en esta declaración no harán ninguna declaración pública sobre el descubrimiento hasta que exista la certeza de que el descubrimiento está relacionado con una inteligencia extraterrestre. El descubridor deberá informar a las autoridades oficiales bajo cuyos auspicios trabaje (…).
8. No deberá darse respuesta a ninguna señal de radio extraterrestre ni a ninguna otra señal de inteligencia alienígena antes de que se hayan llevado a cabo las necesarias consultas internacionales (…).
9. (…) Caso de encontrarse pruebas fiables de la existencia de inteligencia extraterrestre, se reunirá un comité internacional de científicos y otros expertos que servirá de foco central del análisis ulterior y de las observaciones sucesivas. Este comité supervisará también la difusión de información al público. El comité estará compuesto de miembros de todas las instituciones internacionales arriba citadas; también podrá darse entrada a otros miembros (…). La Academia Internacional de Viajes Espaciales servirá de órgano administrativo oficial para este acuerdo y declaración…
¿Qué debemos sacar en limpio de esto? Los científicos siempre evitan el sensacionalismo. Los grandes descubrimientos siempre se ponen a prueba una y otra vez antes de publicarlos. Nadie quiere quedar por tonto delante de sus colegas teniendo que retractarse de un descubrimiento falso. Naturalmente, es muy razonable por parte de la Unión Astronómica Internacional o de la comisión BIET número 51 (de las que se habla en otras partes del documento) querer tener la seguridad absoluta de que existe una prueba real de la existencia de alienígenas antes de comunicar al mundo la noticia. Pero lo que sí parece raro es el requisito de informar a todo tipo de comités y de comisiones antes de publicar el descubrimiento. Esto, hablando en plata, es una censura, pues aun cuando tenga una seguridad al cien por cien de haber descubierto pruebas de la existencia de inteligencia extraterrestre, todavía no se le permitirá publicarlo. Antes de que pueda publicarse, los poderes que monopolizan el acceso a la información tendrán que opinar sobre la decisión de qué fragmentos concretos de la verdad se pueden hacer públicos. Habría que preguntarse cómo encaja este proceso de censura con la libertad de información que se garantiza por ley en todos los países libres del mundo.
Pero los pasajes de esta declaración que tratan de la información al público son, en último extremo, un derroche de papel. ¡Nosotros, las masas, el pueblo, sabemos desde hace mucho tiempo que los extraterrestres existen!