Introducción

Este libro fue publicado por primera vez en 1952, y la descripción de la superficie de Marte y de su atmósfera estaba acorde con los conocimientos astronómicos de la época.

Sin embargo, a partir de 1952 la investigación astronómica sobre el sistema solar ha avanzado mucho, gracias a la utilización del radar y de los cohetes espaciales.

El día 28 de noviembre de 1964 la sonda espacial denominada «Mariner IV» inició su trayectoria hacia Marte. El día 15 de julio del año 1965 la sonda estuvo situada a una distancia apenas por debajo de los 12 000 km; recogió así datos, obtuvo fotografías y las radió hacia la Tierra.

Se ha sabido de este modo que la atmósfera marciana tiene tan sólo un décimo de la densidad que los astrónomos le adjudicaban. A esto se agregaba que las fotografías han mostrado una superficie marciana sembrada de cráteres, similar en parte a la superficie lunar. Por otra parte, no se han advertido señales claras de la existencia de canales.

Tiempo después, otras sondas enviadas en dirección a Marte han indicado que la cantidad de agua existente en el planeta es menor de la que se había creído y que los casquetes de hielo, visibles desde la Tierra, son en rigor bióxido de carbono congelado y no agua congelada. Todo esto significa que la vida en Marte —cualquiera que sea la forma que asuma— está muy lejos de existir en la actualidad o de haber existido en época pasada, aunque los astrónomos hubieran pensado lo contrario hasta 1952.

De todas maneras, espero que los lectores disfruten de este relato, pero no querría inducirlos al error de aceptar como verdaderos algunos datos que se estimaron «exactos» hasta 1952, pero que hoy resultan ya anticuados.

Isaac Asimov. Noviembre de 1970.