[13]
Mis palabras en su mente: piedras pulidas frías hundiéndose en un cenagal.
Esos dedos calmos fríos han tocado las páginas, impuras e inmaculadas, donde mi vergüenza florecerá para siempre. Dedos calmos y fríos y puros. ¿Es que nunca se han equivocado?
Su cuerpo no tiene olor: una flor sin aroma.
En las escaleras. Una mano frágil fría: timidez, silencio: lánguidos ojos oscuros inundados de desfallecimiento: desgaste.
→[13]