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Grandes lazos en sus delgados zapatos bronce: espuelas de un ave consentida.

La dama va aprisa, aprisa, aprisa… Aire puro en la carretera del altillo. Trieste anda en carne viva: luz cruda sobre sus amontonados techos testudoformes de tejamarrón; una multitud de insectos postrados aguarda una liberación nacional. Belluomo se levanta de la cama de la esposa del amante de su esposa: la atareada ama de casa está activa, ojinegra, un platillo de ácido acético en las manos… Aire puro y silencioso en la carretera del altillo: y cascos. Una chica a caballo. ¡Hedda! ¡Hedda Gabler!

Los vendedores ofrecen las primeras frutas en sus altares: limones abigarrados de verde, cerezas enjoyadas, melocotones sonrojados de hojas partidas. El carruaje pasa entre los puestos de lona, sus ruedas de rayos girando en la resolana. ¡Paso! Su padre y su hermano van en el carruaje. Tienen ojos de búho y sabiduría de búho. Desde sus ojos brota una sabiduría de búho rumiando la ciencia de su Summa contra gentiles.

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