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Neblina en fuga sobre la colina mientras miro hacia arriba desde la noche y el fango. Neblinas colgantes sobre los árboles húmedos. Una luz en la habitación alta. Ella se viste para la función. Hay fantasmas en el espejo… ¡Luces! ¡Luces!
Una criatura apacible. A media noche, terminada la música, calle San Michele arriba, calladamente se dijeron estas palabras. ¡Cuidado, Jamesy! ¿Anduviste jamás por Dublín de noche sollozando otro nombre?
A mi alrededor descansan cuerpos de judíos pudriéndose en el molde de su tierra sacra. He aquí la tumba de su gente, piedra negra, silencio sin esperanza… Meissel el pecoso me trajo. Está más allá de esos árboles con la cabeza cubierta ante la tumba de su esposa suicida preguntándose por qué ha terminado así la mujer que durmiera en su misma cama… La tumba de su gente y la suya propia: piedra negra, silencio sin esperanza: y todo está listo. ¡No mueras!
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