A los sin nombre que una vez habitaron mi cama.
A los que me prometieron la luna y
sólo querían follarme.
A los que vinieron y me enseñaron cómo enseñar,
a los que vendrían luego.
A ti, que me cuidas desde el cielo.
A ti, seas quien seas, por estar ahí, perenne.
A ti, porque cumpliste mi más preciada
fantasía sin saberlo.