DOS NOTAS[111]

No hay que olvidar el quinteto de cuerda en sol menor (KV 516): a la tensión turbulenta, casi trágica le sigue de forma bastante abrupta un tema casi trivial, medio jocoso, como si la agonía y el dolor no pudieran persistir, como si tuviera que someterlos a una melodía burlesca o ligera y algo plana. Naturalmente vuelve al tema turbulento y trágico, pero no vuelve a tener el efecto tan abrupto e impetuoso del principio cuando irrumpe de repente en el oyente.

Wittgenstein dijo: «De lo que no se puede hablar, mejor es callarse». Yo creo que se podría decir con el mismo derecho: «De lo que no se puede hablar, hay que investigar».