IV

EL MONTE DEL DESTINO

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El borrador original del capítulo «El Monte del Destino» se escribió ininterrumpidamente con el primer manuscrito B acabado de «El País de la Sombra», que en esta fase se llamaba «El Monte del Destino» (véase p. 41); sin embargo, pronto se dividió en dos capítulos.

De la última parte del único capítulo original (que seguiré llamando «B») llama la atención que el borrador principal constituye un texto terminado sin que se realizaran apenas esbozos preliminares de pasajes individuales, y aunque el texto es tosco y está lleno de correcciones realizadas en el momento de la redacción, resulta legible casi en su totalidad; además, muchos pasajes sufrirían sólo cambios insignificantes. Es posible que se haya perdido algún material anterior, pero a mi parecer es mucho más probable que la larga reflexión que mi padre había consagrado a la ascensión del Monte del Destino y a la destrucción del Anillo le permitiera, una vez llegado el momento, redactarlo con más rapidez y seguridad que casi cualquier capítulo anterior de El Señor de los Anillos. Hacía mucho tiempo que sabía (véanse pp. 9-10) que cuando Frodo (aún llamado «Bingo») llegara a la Grieta del Destino sería incapaz de tirar el Anillo y que Gollum se apoderaría de él y caería en el abismo. Pero ¿cómo cayó? En esbozos posteriores reflexionó sobre el papel desempeñado por Sam. Mi padre sabía que Gollum atacó a Sam en la subida a la Montaña y lo retrasó, de modo que Frodo realizó la ascensión final solo; y sabía que Gollum se apoderaba del Anillo tomando también el dedo de Frodo. Pero durante mucho tiempo pensó que sería Sam quien, abriéndose paso finalmente hasta la Cámara de Fuego, empujaba a Gollum con el Anillo al abismo. En ninguno de los esbozos posteriores dados en el Capítulo I se encuentra el argumento definitivo de la historia; pero parece haber buenos motivos para creer que éstos corresponden al período de la escritura del Libro quinto, y si mis deducciones cronológicas son correctas (véanse pp. 20-21), dispuso de tiempo abundante para «averiguar qué sucedió realmente» antes de describir de hecho los últimos momentos de la Misión. [49]

Como ya he dicho, la versión final de «El Monte del Destino» se alcanzó casi en su totalidad en el primer borrador (B); transcribo el siguiente pasaje breve (interesante también por otro motivo) como ejemplo (cf. RR. 295-296):

—¡Amo! —gritó.

Entonces Frodo pareció despertar, y habló con una voz clara, la voz más clara y potente que Sam le oyera alguna vez, y que se alzó sobre el tumulto y los golpes del abismo del Monte del Destino, y retumbó en el techo y las paredes de la caverna.

—He llegado —dijo—. Pero no puedo hacer lo que he venido a hacer. No lo haré. El Anillo es mío.

Y de pronto desapareció de la vista de Sam. Sam abrió la boca y jadeó, pero en ese instante ocurrieron muchas cosas. Algo le asestó un violento golpe en la espalda, que lo hizo volar piernas arriba y caer a un costado, de cabeza contra el pavimento de piedra. Se quedó tendido inmóvil.

Y allá lejos, mientras Frodo se ponía el Anillo de Poder, Baraddur se estremecía y la Torre temblaba desde los cimientos hasta la cresta fiera y orgullosa. El Señor Oscuro comprendió de pronto que Frodo estaba allí, y el Ojo, capaz de penetrar en todas las sombras, escrutó a través de la llanura hasta la puerta en el Orodruin, y toda la trama [> ardid] quedó al desnudo. Y la ira ardió en él como una llama devoradora y el miedo creció como un inmenso humo negro, pues conocía ahora el peligro mortal en el que se encontraba, el hilo del que pendía su destino. Liberó la mente de todos los planes y redes y un estremecimiento sacudió al reino entero, los esclavos se encogieron y los ejércitos suspendieron la lucha y los capitanes de pronto sin guía, privados de voluntad, temblaron y desesperaron. Pero su mente se concentraba ahora con una fuerza irresistible en la Montaña; convocados por él, remontándose con un grito … pilante, en una última carrera desesperada, más rápidos que los vientos volaron los Nazgûl, los Espectros del Anillo, y en medio de una tempestad de alas se precipitaron hacia el Monte del Destino.

Las palabras de Frodo «Pero no puedo hacer lo que he venido a hacer» más tarde fueron sustituidas en el texto B por «Pero ahora he decidido no hacer lo que he venido a hacer». No creo que la diferencia sea [50] muy importante, pues ya en los esbozos se resalta el hecho de que Frodo decidiría quedarse el Anillo; el cambio de sus palabras sólo enfatiza que tomó la decisión con toda su voluntad. (En el segundo texto del capítulo, la copia en limpio del manuscrito «C»,[37] Sam gritó un momento antes no sólo «¡Amo!», como en el primer texto y en RR, sino «¡Amo! ¡Hágalo rápido!»; estas palabras se encerraron entre corchetes, muy probablemente justo después de escribirlas).

Es notable cómo el pasaje muestra el grado al que había llegado mi padre en la identificación del Ojo de Barad-dûr con la mente y voluntad de Sauron, de modo que podía hablar de «la ira, el miedo, la mente» del Ojo. En el segundo texto C oscilaba entre el Ojo y Sauron mientras escribía de nuevo este pasaje.

Vale la pena mencionar algunas otras diferencias en el texto original. En la mañana posterior a su huida de la banda de orcos que marchaba hacia la Garganta de Hierro, después de las palabras de Frodo «Podré. Tengo que poder» (RR 279), al principio el texto B continuaba:

Al final decidieron arrastrarse tan ocultos como pudieran hacia la cadena septentrional [y luego girar hacia el sur >] hasta alejarse de la vigilancia de los bastiones, y luego girar hacia el sur.

Mientras avanzaban de hueco en hueco o a lo largo de las grietas del suelo rocoso, manteniendo siempre que podían alguna protección entre ellos y el norte, vieron que el camino más oriental de los tres iba también en la misma dirección. De hecho, tal como Frodo adivinó, era el camino que iba a la Torre Oscura. Lo miró.

—Me agotaré en un día marchando de esta manera, a la rastra o doblado en dos —dijo—. Si queremos continuar debemos arriesgarnos. Debemos tomar el camino.

En este punto mi padre se detuvo, lo tachó, y lo sustituyó por un pasaje muy parecido al de RR, donde es Sam quien comprende que no pueden seguir avanzando de esa manera y deben arriesgarse a tomar el camino que conduce a la Torre Oscura.

Hay otra ligera diferencia en el texto original tras las palabras de Frodo a Sam la mañana en que dejaron el camino y giraron hacia el sur en dirección al Monte del Destino: «No puedo, Sam. Es tan pesado, tan pesado» (RR 283). [51]

Sam supo lo que quería decir, pero buscando ánimos en la desesperanza, dijo:

—Bueno, señor Frodo, ¿por qué no aligerar un poco la carga? Vamos hacia allí tan derecho como podamos. —Señaló la Montaña—. Es inútil cargar con cosas que quizá no necesitemos.

Como un niño, olvidando sus problemas para ponerse a jugar, durante un momento Frodo consideró sus palabras con seriedad. Luego dijo:

—Por supuesto. Dejemos atrás todo lo que no queramos. ¡Viajar ligeros, eso es lo importante, Sam!

Recogió el escudo orco y lo arrojó lejos, y con el yelmo hizo lo mismo; luego, desabrochó el pesado cinturón, y junto con él dejó caer ruidosamente al suelo la espada y la vaina. Incluso se desprendió del manto élfico.

Sam lo miró con compasión.

Esto se tachó de inmediato y fue sustituido por el texto de RR, en el que Sam sugiere que él debería llevar el Anillo durante un rato. Pero ni en el texto B ni en la copia en limpio C hay mención del frasco de Galadriel o de la cajita pequeña que regaló a Sam.[38]

La altura del Monte del Destino era distinta en un principio: «Tenía de hecho unos 3000 pies o así desde la base hasta … el cráter mellado de la cima. Un tercio de esa altura se extendía ahora debajo de él …». El texto C aún difiere de RR (pp. 289-290): «Los contrafuertes informes y dilapidados de la enorme base se elevaban hasta unos tres[39] mil pies por encima de la llanura, y sobre ellos, en el centro, se erguía el cono central, casi tan alto, y que parecía un horno o una chimenea gigantesca coronada por un cráter mellado. Pero ya Sam había subido hasta la mitad …» (mientras que RR dice «la mitad de esa altura»). El dibujo de mi padre, reproducido en Pinturas y dibujos de J. R. R. Tolkien n.º 30, y en este libro en la p. 54, está en una pequeña página donde también se encuentra un fragmento de borrador para esta parte del capítulo, parece mostrar la concepción final, el cono con «la mitad de esa altura» en relación con la «base»; sin embargo, en este dibujo la puerta de los Sammath Naur se encuentra al pie del cono, mientras que en todas las versiones del texto el camino de ascensión «trepaba alrededor del cono, pero lejos aún de la cima humeante, hasta una entrada oscura».[40]

Cuando Gollum cayó sobre Sam mientras éste llevaba a Frodo camino arriba, tanto en el texto original como en la copia en limpio C, Sam no sólo se lastimó el dorso de las manos al caer de bruces (RR [52] 292), sino que también se cortó la frente contra el suelo. En B, junto a las palabras «Pero Sam no se ocupó más de él. De pronto se acordó de su amo. Miró sendero arriba y no pudo verlo» (RR 294), mi padre escribió al margen: «¿le sangraba la cabeza?». Esto no se añadió en C, pero un poco antes, después de las palabras «La mano de Sam titubeó. Ardía de cólera, recordando pasadas felonías» (RR 294) C dice: «La sangre le goteaba de la frente». Con posterioridad estas dos referencias a la sangre que manaba de la frente de Sam se tacharon en C. No sé a qué se refería mi padre. A primera vista parece estar relacionado con la ceguera de Sam en el Esbozo V (p. 19): «Sam siente que le invade la ceguera y se pregunta si se debe al agua de Mordor … Medio ciego, Sam se va rezagando», pero da la impresión de que esto se introdujo para explicar por qué cuando Gollum atacó, Frodo continuó ajeno a lo que había sucedido; mientras que aquí la sangre en los ojos de Sam es consecuencia del ataque de Gollum, y él mismo urgió a Frodo a proseguir. Posiblemente, el propósito del corte de la frente fuera explicar por qué Sam no vio a Frodo cuando miró sendero arriba, y se eliminó cuando mi padre llegó al punto en el que Sam de nuevo fue abatido por Gollum en los Sammath Naur: «Se sentía aturdido, y la sangre que le manaba de la cabeza le oscurecía la vista» (RR 296).

Cuando Sam urgió a Frodo continuar la ascensión solo mientras él se encargaba de Gollum, Frodo replicó, tanto en B como en C: «Ahora se cumplirá la Misión»; en cambio en RR dijo: «Éste es el fin».

Al final del capítulo, después de las palabras «Restallando como furiosos látigos, cayó un torrente de lluvia negra» (RR 298), el primer texto pasa en el acto a «—Y bien, éste es el fin, Sam Gamyi —dijo una voz junto a Sam». En este punto mi padre escribió poco después en el margen: «Poner aquí (¿o en el próximo capítulo?) la visión de la nube que sale de Baraddur [? creciendo] para formar un vasto y negro [? hombre] que alarga un brazo amenazador e inútil y se desvanece en el viento». La palabra «hombre» no está nada clara pero no se me ocurre ninguna otra interpretación. Poco más adelante escribió en el manuscrito «Caída de los Espectros del Anillo» con una marca para insertarlo, y el pasaje «Y al corazón mismo de la tempestad, con un grito que traspasó todos los otros ruidos …» está presente en C.

Por último, los sentimientos de Sam se describen de la siguiente manera en B: «Si sintió algo en toda aquella ruina del mundo, quizá más que nada fuera un gran júbilo, ser sirviente una vez más y conocer a su amo [añadido: y entregarle a él el liderazgo]». Esto se repitió en C, pero se desechó y sustituyó por las palabras de RR. En el texto original, Frodo no habla de perdonar a Gollum.[41]

Nota sobre la cronología

[53]

La cronología aún se hallaba un día atrasada respecto a la de RR (véase p. 36). Al anochecer del día que escaparon de la banda de orcos en la Garganta de Hierro, mi padre escribió en el margen del texto B «termina el 18»; en RR era el 19 de marzo (en La Cuenta de los Años «Frodo y Samsagaz escapan y marchan a lo largo del camino a Barad-dûr»). Sin embargo, la referencia al paso por la Encrucijada de los Capitanes del Oeste y el incendio de los campos de Imlad Morghul [55] (escrito de esa forma) está presente en B en el mismo punto que en RR (p. 280): véase GA 492.

En B, junto a las palabras «Llegó por fin una noche terrible; y mientras los Capitanes del Oeste se acercaban a los lindes de las tierras vivas, los dos viajeros llegaron a una hora de desesperación ciega» (cf. RR 281), mi padre escribió «fin del 22». Ésta era la misma fecha que en RR, con lo que en el texto original sigue «Hacía cinco días que habían escapado de las filas de los orcos» (es decir, 18-22 de marzo), mientras que RR dice «Cuatro».