Contribuir a mejorar el mundo

Es una evidencia que, si perseveramos dulcemente, con paciencia pero sin pausa, toda nuestra vida puede cambiar. ¡Qué fantástico es salir a la calle y poder disfrutar del sol, de los increíbles colores de la naturaleza, del milagro de la brisa sobre las hojas de los árboles! ¡Qué maravilla es encontrarse genial y transmitir paz y alegría a nuestro entorno!

Y una vez alcanzado ese nivel de bienestar, ¿qué mejor que devolver al mundo parte de esa belleza que nos ofrece? Todas las ciudades del mundo podrían tener más calles peatonales, más edificios hermosos… Todas las personas podrían mostrar más sonrisas y pronunciar palabras agradables a los demás… Todos los oficios podrían llevarse a cabo con más amor y dulzura…

Todos los que hemos tenido la fortuna de descubrir esa cara hermosa de la vida tenemos esa voluntad de producir buen rollo y transmitir esa cadena de «felicismo» (como dice el joven viajero en silla de ruedas Albert Casals) a nuestro alrededor. Seamos cada vez más. Podremos transformar el mundo devolviéndole la cordura y la hermosura que le corresponde.

Persevera, haz del trabajo racional una prioridad, prohíbete pelearte con las cosas y con las personas, quita la palabra «queja» de tu diccionario, elimina todos tus miedos y complejos: hazte del club de las personas fuertes. Te esperamos con los brazos abiertos.