Les dedico este libro con todo mi cariño a Kathryn y Luke, mis hijos, como una pequeña retribución por la alegría que representa su presencia.

Sin la ayuda de los amigos, escribir no proporcionaría ninguna satisfacción. Agradezco encarecidamente a Tom Taylor su ayuda con el argumento; a Stella Graham, la corrección de galeradas, y a Jean Maund, la corrección de estilo. También quiero dar las gracias a Gary, a Russ, a Barbara, a Philip, a George, a John D., a Jimmy, a Ángela, a Jo, a Lee, a lona y a todo el personal del Hastings Observer, por hacer que fueran tan buenos aquellos años.

Y a Ross Lempriere, por lanzarse al asalto.