Un día, Marina me dijo que Bola se metió en su cama. Quién era el Bola, o qué era, no conseguí saberlo.

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Algunos días más tarde, volvió el Bola. Después, comenzó a venir con más frecuencia, aproximadamente cada tres días.

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Yo no estaba en casa. Cuando regresé, Marina me dijo que Sinderiushkin había llamado y que iba a presentar una demanda contra mí. ¡Qué os parece eso, un tal Sinderiushkin iba a demandarme, a mí!

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Marina compró manzanas. Nos comimos algunas después de la comida, y dejamos, creo, dos para la noche. Pero cuando por la noche me dispuse a coger mi manzana, ésta ya no estaba allí. Marina dijo que Misha, el camarero del café, había venido y que se había llevado las manzanas para hacer una ensalada. No necesitaba los cogollos y vació las manzanas directamente en nuestra habitación, tirando los cogollos en el cesto de los papeles.

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Me enteré de que Bola, Sinderiushkin y Misha viven habitualmente en nuestra casa, en la cocina. No acabo de comprender cómo pudieron instalarse ahí.

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Le pregunté a Marina por Bola, Sinderiushkin y Misha. Eludió las respuestas directas. Cuando le expresé mi temor de que esa pandilla parecía poco respetable, Marina me aseguró que tenían unos «corazones de oro». No conseguí nada más de Marina.

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Con el tiempo, llegué a saber que esos «corazones de oro» no tenían todos el mismo grado de preparación. O más bien, que Bola tuvo una preparación secundaria, mientras que Sinderiushkin y Misha no la tuvieron en absoluto. Bola hasta es autor de obras científicas. Y por eso mira a los otros «corazones de oro» por encima del hombro.

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Me hubiera gustado conocer los trabajos científicos de Bola. Pero seguían siéndome ajenos. Marina dice que nació con la pluma en la mano, aunque no da ningún detalle sobre su actividad científica. La acosé a preguntas, y he acabado por saber que él estuvo más bien en una zapatería. Pero no conseguí saber si eso tenía una relación con su actividad científica.

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Un día, supe que los «corazones de oro» tendrían una velada. Fueron a escote y compraron una anguila en escabeche. Misha aportó una botella de vodka. Habitualmente, a Misha le gusta echarse un trago.

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Bola tiene botas de corcho.

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Una noche, Marina me dijo que Sinderiushkin me había tratado de canalla porque le había zurrado de lo lindo. Yo me enfadé, también, y le dije a Marina que le transmitiese a Sinderiushkin que dejase de golpearme en las piernas.