PROSA DEL OTRO

(1929-1941)

Qué extraño; qué inexplicablemente extraño: del otro lado de la pared, de esa pared, hay un hombre sentado en el suelo, sus largas piernas, estiradas, están enfundadas en sencillas botas y su rostro es malévolo.

Bastaría con hacer un agujero en la pared, mirar a través de ella, y, al punto, veríamos a ese hombre malévolo.

Pero no hay que pensar en él. ¿Qué representa? ¿Es una parte de esa vida muerta que, desde los vacíos imaginarios, habrá volado hacia nosotros? Sea lo que fuere, tanto peor para él.

22 de junio 1931