Esa noche, Sergio se pasó dos horas tratando de dormir mientras Mariana dejaba la luz prendida y hojeaba un cuaderno. Le pidió que apagase la luz. Ella se negó y lo amenazó con pegarle si decía algo a sus papás. Sergio dijo:
—Esta noche vino la abuela.
—Cállate, imbécil —respondió Mariana.
—Cuéntame un cuento.
La mirada de Mariana fue fulminante. Sergio se dio vuelta y cerró los ojos. Cuando finalmente Mariana apagó la luz, la oyó dormir agitadamente. De vez en cuando decía en sueños:
—Estúpida de mierda.
A la mañana siguiente, Sergio fue a buscar a Jasmín. Primero trató de pensar en cualquier otra persona a quien buscar, pero descubrió con pesar que, aparte de su colección de insectos y sus pieles de reptil, Jasmín era lo más entretenido que tenía cerca. Esa mañana la niebla parecía más cerrada que nunca. Apenas se veía la ventana del segundo piso. Tocó el intercomunicador. Contestó la misma Jasmín.
—Soy Sergio.
—No te conozco.
—Ya pues, Jasmín. No fastidies.
—Sí fastidio, pues. Fastidio.
—Estúpida de mierda.
Sergio se dio la vuelta para irse. Caminó dos pasos. Luego se le ocurrió cómo convencerla. Volvió al timbre y volvió a tocar largamente.
—Deja de tocar —oyó decir—. Aquí estoy.
—Vamos a ver a tu muerto.
Jasmín lo hizo subir. Estaba desayunando. Katy también, pero ya se había bañado y parecía nerviosa. Poco después, volvió a sonar el timbre. Katy le dijo a Jasmín:
—Contesta.
—¿Otra vez? No es para mí.
—Contesta, carajo.
—¿Qué me das?
Katy puso cara de resignación.
—Te presto la tele en la noche.
Jasmín contestó con Katy pegada al auricular:
—¿Quién es?… No está.
Katy hizo gestos de estrangularla. Jasmín corrigió:
—Ah, no. Sí está. Sube.
Katy corrió a su cuarto para fingir que aún no estaba lista mientras Jasmín le abría la puerta a un chico que se llamaba Javier. El chico se sentó a esperar a Katy en la mesa del desayuno. Jasmín preguntó:
—¿Tú eres el novio de Katy?
—No. Tenemos una relación libre.
Jasmín no dijo nada más. Sergio tampoco, porque no había entendido nada. Finalmente, Katy salió y los dos se fueron. Jasmín dijo:
—Vamos a verlos por la ventana. Se van a besar.
Corrieron a la ventana. Katy y Javier salieron y caminaron hacia el estacionamiento. No se besaron. Sergio vio a Mariana escondida entre los arbustos del edificio. Cerró la cortina.