Theo tiene once años…
e ignora Internet
De la primera pregunta dependen muchas cosas. Yo empiezo con un «¿Qué hay de nuevo, Theo?».
—Nada —dice él sin pensar demasiado; probablemente incluso para no pensar.
Theo es sincero, insobornable, incorruptible. Theo no concede una entrevista por compromiso. Con once años ya tiene edad para decidir qué decir, incluso sobre cuestiones que a él le dicen algo, y no decir nada más que lo que su sentido le diga que tiene que decir, en cada caso concreto, ese día y a esa hora. Es decir: nada. Y como es tan educado, lo expresa con palabras y dice: «Nada».
Hasta tiene preparada una respuesta mejor, una que sirve para todas las preguntas estereotipadas acerca de su estado que no se pueden responder con «nada». Por ejemplo: «Theo, ¿cómo estás?». Entonces dice: «Más o menos». O: «Theo, ¿qué tal ha sido este año?». «Más o menos». Y: «¿Cómo te va por la escuela nueva?». «Más o menos». Imposible dividir esas grandes verdades, que siempre se esconden tras esas preguntas toscas, en dos unidades de contenido tan equilibradas, e imposible hacerlo de una manera más diplomática. «Más» o «menos». Me siento orgulloso de ser su tío.
Para ahorrarnos una serie agotadora de nadas y reducir a un mínimo aceptable las verdades a medias que, más o menos, vaya diciendo Theo, he intentado capturar su año 2005 a través de un glosario de palabras clave. Le pasé un listado de temas, por orden alfabético, de la A a la Z. Se han oscurecido todos los canales de deportes; la televisión está apagada, Markus Rogan ha tenido el tiempo justo de hacerse con una segunda medalla en natación; Theo presenta un aspecto prometedor, una mezcla entre motivado y concentrado (en sí mismo). Comenzamos por la «A».
AUSTRIA: Theo: «Primero, un equipo de fútbol vienés enemigo, que muy pronto se va a quedar sin dinero». Este último dato pone a Theo de un considerable mejor humor. «Y segundo, en inglés, un país muy bonito». Eso es todo, más o menos.
BIERHÄUSLBERG: Ayayayay. Su presión sanguínea baja de manera radical. Su rostro recuerda sorprendentemente a Bill Murray en Atrapado en el tiempo (El día de la marmota) ¿Bierhäuslberg? Vale, sí, vive ahí, con sus padres, sus cobayas, su acordeón y sus balones de fútbol, pero ¿eso qué tiene que ver aquí? «Anda, ya haremos la “B” más tarde», propone Theo.
CALIFORNIA: ¿Lo asocia o no lo asocia? Claro que lo hace: Arnold Schwarzenegger. ¿Y se lo perdona? Nunca. Dice: «Lo mejor de él ha sido el estadio Schwarzenegger».
CHICAS: «Mm». Pausa. «Mm». Pausa. No hay más mms. Pero hay otra pausa. Entonces dice Theo: «La verdad es que no se me ocurre casi nada». Y el «casi» prefiere guardárselo para él. Yo me lo tomo muy, muy, muy mal.
DEUTSCHLAND: «Alemania. Acaban de tener elecciones y la canciller es ahora la Merkel». (¡¿Cómo puede retener esa información?!). «Y para el mundial una selección megafloja». (Fútbol tenía que ser, cómo no).
EUROS: Ay, Dios. Un tema delicado. El gesto de Theo se oscurece. Yo le pregunto: «¿Cuánto te dan?». Él vacila. «Eso es inmiscuirse en mi vida privada», dice.
Y yo: «¡Venga, hombre!». Él: «Cuatro por semana». Yo miento y le digo: «¡Es mucho!». Theo relativiza: «Siempre tengo que pedírselo; si no, nunca me lo dan. Y mi padre nunca lleva el dinero encima y me quiere pagar a plazos». «Bueno, el dinero no lo es todo», le consuelo yo.
FECHAS CONMEMORATIVAS: Una mina para nuestro burgués ilustrado: «Décimo aniversario de Austria como miembro de le UE, cincuenta años de Tratado Internacional, sesenta de la Segunda República». Ésta la ha buscado. Y: «¡107 aniversario del SK Rapid!». Eso se sabe, los vamos contando.
GRIPE AVIAR: «No es tan mala», opina Theo. Pero de enfermedades no sabe mucho; prácticamente siempre está sano. «¿Porque pasas tanto tiempo al aire libre?», pregunto yo como si fuera su bisabuelo. «No, porque no como ni fruta ni verdura», replica él. «Todos dicen que son sanas, pero no es verdad».
HÉROES: «¡No tengo!». Le ha salido solo. Un héroe no se tiene; se es. A Theo le hace ilusión el piropo.
INTERNET: «¿No se te ha ocurrido nada mejor para la letra “I”?», me pregunta. Vale, vamos a dejarlo, que hay más letras.
JALEO: «¿Jaleo?». Hace como si no supiera qué es. «¿Qué haces en el recreo?», le pregunto. «Me voy a mi aula», dice como si hablara un director de teatro burgués. («¿Y en tu aula hay también chicas?». No, no se lo pregunto).
KABARETT: ¡Bravo! Se ríe. Le gusta que la gente se esfuerce por resultarle graciosa. Y lo más divertido que ha escuchado hasta ahora procede del programa de radio Ö3-Callboy. Era una llamada ficticia del gobierno ruso a un campesino de Marchfeld, al que tenían que informar de que habían cometido un pequeño error de cálculo y que la estación espacial Mir iba a aterrizar en un campo suyo a las cinco de la mañana, lo cual produciría un cráter de entre 40 y 45 metros en su terreno. Con un poco de mala suerte, era posible que la Mir pillara también la casa del campesino de la Baja Austria; así es que, por motivos de seguridad, le recomendaban que se esfumara o, como mínimo, que se pusiera un casco protector. «¿Y quién se hace cargo de los daños?», gritaba el campesino al teléfono. «Quissáss Mirrrr», respondía el ruso. (Theo conoce a la perfección el diálogo completo, de memoria y con acento ruso).
LEALTAD: «Los amigos. Son necesarios», me dice. «¿Para qué?», le pregunto yo. «Para ayudar». «Para que te ayuden a ti o para ayudarlos tú a ellos», continúo. «Las dos cosas más o menos».
MALCOLM: Por supuesto. Es su serie de televisión favorita, dice. Pero si le hubiera preguntado por su programa favorito y me hubiera contestado que el show de música pachanguera que presentan Peter Rapp y DJ Ötzi, ustedes ni se habrían enterado.
NOTAS: Por fin algo serio y objetivo. Lo siguiente será la escuela. «¿O te refieres a las notas musicales?», me pregunta.
OCUPACIONES: El tema estrella de la tarde, de la temporada y de los próximos ocho años es el instituto. Theo lleva tres meses y medio en el instituto BRG del distrito 14, 1a. Balance inicial: todo es diferente. Cambian de profesor cada hora (al menos así era durante los primeros días). Y como cada profesor imparte una asignatura diferente, Theo se pasa seis horas diarias en clase. Con el fin de que después continúe sentado, le dan un buen paquete cargado de deberes para que se los lleve a casa. Seis materias se imparten en inglés. Enhorabuena. Tiene que ser muy divertido aprender vocabulario del campo de las matemáticas. Al menos dibujar y hacer deporte se sigue haciendo en el idioma materno. «Ah, y la asignatura de “Lengua alemana” también se imparte en alemán», me explica. ¡Ajajá! Éste es uno de esos momentos en los que soy consciente de por qué no puedo dejar de entrevistar a este hombre. Otra cosa interesante: el profesor favorito de Theo es el de Religión (como corresponde a un profesor favorito).
—¿Y tus notas?
—Más o menos —dice él.
En el caso de Theo eso significa: sobresalientes y notables. Ése es el más y el menos.
POLÍTICA: Con este tema coseché una dura crítica. «¡Es demasiado extenso! ¡Además, yo todavía no puedo votar!».
QUIZ: En la cadena de televisión SAT. 1 hay un concurso que se llama «Clever» que le encanta. Con él se aprende por ejemplo si es cierto que sube la temperatura ambiente si mantenemos abierto el frigorífico, y por qué. Curiosidades de este tipo, de gran importancia para nuestra vida. (Solución: es cierto que si tenemos abierto el frigorífico sube la temperatura ambiente. El porqué pregúntenselo por favor a Theo).
ROJO CON AMARILLO: Sonríe y se calla. Es evidente que el naranja no es su color.
SUDOKU: «¿Sabes qué es?». Theo me mira con gesto despectivo, lo cual significa: «Mucho antes que tú». Probablemente los traduzcan al inglés en clase de mates. ¿Y podrías explicarme dónde está el truco? Puede. «Tienes que mirar siempre caja por caja, qué número aparece en varias y en cuáles falta. Y donde falta tienes que ponerlo; pero sólo si no lo puedes poner en ninguna otra parte». Ah, vale, creo que ahora ya lo he entendido.
TORNADOS: Conoce a «Rita» y el huracán «Katrina» todavía lo tiene alterado. «En Nueva Orleans salían los policías disparando a los saqueadores en las tiendas», informa exaltado. «Pero ¿por qué?», se pregunta. «Si de todas maneras se habría puesto todo malo…». Yo muevo la cabeza en señal de asentimiento.
UNIÓN EUROPEA-AMPLIACIÓN: «Se han adherido diez países nuevos», informa Theo. Y empieza a enumerarlos. Antes de que empiece a hacer públicas también las alineaciones de sus equipos nacionales, le pongo freno: «No estamos aquí para poner a prueba tu capacidad de memoria». ¿No? Ahora se ha sentido un poco decepcionado.
VACACIONES: Una semana en Tirol del Sur, otra navegando por Veglia, dos semanas en Breitenbrunn, una en un campamento de fútbol en Lindabrunn. (Si lee esto el entrenador, que sepa que el líbero Theo considera esa semana de entrenamientos como unas vacaciones).
X-MAS: Prefiere que le sorprendan.
Y (y griega o ye): «¿Qué te parece si pones… “yes”?», me pregunta Theo burlón. Y yo (cansado) respondo: «De acuerdo. “Yes”. ¿Qué asocias con “yes”?». «Nada», responde él.
Z: Zeta, la última, ¿cómo ves el futuro? «¿El futuro?», me pregunta arrugando la nariz. «Sí, el futuro», le digo yo inquebrantable. «Para el futuro aún hay tiempo», opina Theo. «Ya veremos el año que viene».