Agradecimientos

Uno de los motivos de que hayamos situado parte de esta novela en Madison, Wisconsin, es que mientras trabajábamos en el libro caímos en que iba a celebrarse allí la segunda Convención Norteamericana de Mundodisco en julio de 2011, lo que nos permitiría adelantar un buen montón de investigación a lo baratete, como nos gusta decir a los escritores. Esa convención se convirtió en parte en un taller masivo sobre la Tierra Larga. Damos las gracias a todos los que contribuyeron a la charla, que de verdad son demasiado numerosos para nombrarlos aquí, pero en especial al doctor Christopher Pagel, propietario de la Clínica Veterinaria Companion de Madison, y a su esposa Juliet Pagel, quienes sacrificaron una cantidad irrazonable de su tiempo para enseñar a vuestros autores tanto el Madison primigenio como el moderno, desde el Arboreto a la calle Willy. Por si fuera poco, también hicieron una lectura de una primera versión de este libro que resultó de increíble utilidad. Gracias, madisonianos, y aprovechamos para disculparnos por lo que le hemos hecho a vuestra encantadora ciudad. Todos los errores e inexactitudes, por supuesto, son responsabilidad exclusiva nuestra. Gracias también a Charles Manson, el bibliotecario experto en materia tibetana de la Biblioteca Bodleiana en Oxford, por ayudarnos a construir el mundo de Lobsang.