G. NAPPA & G. CUCCURULLO
Bufete de abogados — Via Trinacria, 21 — Montelusa
Al ilustrísimo señor
Filippo Genuardi
Via Cavour, 20
Vigàta
Montelusa, 14 de febrero de 1892
Egregio señor:
Usted nos escribe para que nuestro bufete asuma por su cuenta dos tareas muy diversas entre sí y que es bueno considerar por separado.
La primera concierne a su manifiesta voluntad de recurrir a las leyes, procediendo con una querella por difamación contra:
a) el Puesto de los RR CC de Vigàta;
b) el párroco don Cosimo Pirrotta de Vigàta;
c) el señor Salvatore Sparapiano de San Volpano delle Madonie.
Sobre el punto a:
Por cuanto recordamos, nunca se ha interpuesto una acción legal contra un informe del Arma de los Reales Carabineros, quienes operan escrupulosamente en el ámbito de las funciones que les han sido asignadas.
La querella, que con seguridad tendría un resultado negativo para usted, daría, además, una mala imagen y agravaría, de algún modo, las sospechas que pesan sobre usted de afiliación con los alborotadores.
Sobre el punto b:
Cuando el párroco de Vigàta eleva los ojos al cielo y se hace la señal de la cruz no realiza ninguna acción fuera de lo normal, es una manera como cualquier otra de expresarse. Actitudes similares son comunes a curas, monjas y frailes, como centenares de miles podrían testimoniar. La relación (es decir, que el párroco haya realizado esos gestos escandalizado al oír su nombre) no es fácilmente demostrable ante un Tribunal.
Sobre el punto c:
La firma del señor Salvatore Sparapiano es muy libre de vender sus mercancías a quien crea oportuno. En este caso específico las razones que aduce pueden ser opinables pero no lesivas. Un abogado de la parte contraria podría fácilmente demostrar que las palabras «anarquista» y «socialista» no necesariamente equivalen a ladrón o asesino.
En conclusión, estamos convencidos de que las tres querellas por difamación acabarían por volverse en su contra.
A nuestro bufete, además, no le agrada luchar por causas que considera perdidas de antemano.
La segunda tarea que usted quiere confiarnos es la solicitud del permiso para la colocación de los postes a los distintos propietarios de los terrenos que deberían ser atravesados por la línea telefónica.
Al efecto, adjunta la lista de nombres de los propietarios.
Para este segundo encargo nuestro bufete no encuentra problema alguno y está contento de aceptarlo.
Usted nos hace saber por lo que se refiere al señor Mariano Giacalone y al señor Filippo Mancuso que podría resolver usted mismo en persona la cuestión. Esto aligerará mucho nuestro trabajo. Asimismo usted nos pide que no nos ocupemos, por razones privadas, del señor Giacomo Giliberto. ¿Debemos presumir que será tarea suya tomar contacto con el susodicho?
A nuestro bufete, en conclusión, le quedaría el despacho de los trámites inherentes al señor Paolantonio Lopresti y a los Herederos Zappalà.
Al respecto le hago notar que dos de las personas con las que debemos ponernos en contacto viven fuera de las fronteras italianas, una en París y la otra, sin más, en Nueva York. Otros se encuentran en Nápoles, Ravanusa y Reggio Calabria.
Todo esto comporta tiempos desde luego no breves, en la feliz hipótesis de que todos, desde el primer momento, estén de acuerdo. En caso de no pronto consentimiento, o incluso de negativa, las negociaciones podrían alargarse indefinidamente.
Envíenos al menos trescientas liras para los gastos iniciales.
Distinguidos saludos
por el Bufete de abogados Nappa & Cuccurullo
Abogado Giosuè Nappa