Egregio señor

Filippo Genuardi

Via Cavour, 20

Vigàta

Palermo, 20 de diciembre de 1891

Queridísimo Pippo:

Hace rato que no nos vemos. A causa del trabajo, no he conseguido alejarme de Palermo durante cuatro meses seguidos y pienso que ni siquiera podré volver a Vigàta para pasar las Santas Pascuas con mi madre.

La causa de este escrito mío, queridísimo Pippo, es la de intentar, te lo digo de inmediato con esa lealtad que siempre ha distinguido nuestra amistad, una mediación reconciliadora. Y tengo la obligación de advertirte que la iniciativa es única y exclusivamente mía.

Voy al grano. Me encontré, de manera totalmente casual, con nuestro común amigo Sasà La Ferlita. Discurriendo de esto y de aquello, mencioné tu nombre. Advertí en Sasà una especie de tirantez que habría debido disuadirme de profundizar. Por el contrario, precisamente en nombre de aquella amistad que nos ha ligado (¿te acuerdas de que nos llamaban «los tres mosqueteros»?), sometí al pobre Sasà a un interrogatorio digno de un delegado de policía. De ello resultó una historia confusa de la cual no entendí demasiado, dado que Sasà se mostraba sobremanera reticente, respondiendo a menudo con murmullos indistintos.

Entendí, sin embargo, una cosa, de la que estoy firmemente seguro: él no espera más que un gesto tuyo, incluso mínimo, para echarse en tus brazos para renovar con recuperado calor la vieja amistad.

Sasà La Ferlita vive en Palermo, Vicolo delle Croci, 5, donde la familia Panarello.

Él me ha hecho jurar que nunca te revelaría esta dirección. Si cometo un perjurio es porque pienso que la amistad es la cosa más preciosa del mundo y a la cual hay que sacrificarlo todo.

¿Por qué no le mandas una notita con tu felicitación navideña? Sólo la felicitación y tu firma: no te comprometes y podrás saber cómo reacciona Sasà.

Te abrazo con invariable fraternidad.

Angelo Guttadauro

Mi dirección es Via Clemente Capodirù, 87, Palermo.