B

(Comendador Longhitano—Gegé)

—Beso sus manos, don Lollò.

—Te saludo, Gegé.

—Don Lollò, arrestaron a Pippo Genuardi. Los carabineros.

—¿Se sabe el por qué?

—Conspiraba.

—¿Qué hacía?

—Conspiraba contra el Estado.

—¿Conspiraba? ¿Pippo Genuardi? ¡Pero si Pippo Genuardi ni siquiera sabe qué coño es el Estado!

—Sin embargo, se conchabó con Garibaldi.

—¿Con Garibaldi? ¡Pero si ése hace de cadáver en Caprera desde hace diez años!

—Don Lollò, yo sólo se lo cuento.

—Está bien, Gegé, mantén los oídos bien abiertos y cuéntamelo todo. ¿Volvió Calogerino de Palermo?

—Sí, señor. Acaba de llegar. Fue a la dirección de Corso Tukory que usted le había dado, pero no encontró a ese cornudo de Sasà La Ferlita. Los que lo tenían en pensión dijeron que Sasà, algunas horas antes de que llegara Calogerino, había cogido armas y bagajes y había huido. Calogerino piensa que alguien le ha avisado.

—¿Ah, sí, eso piensa Calogerino? Y quizá no se equivoque. Escucha, mañana por la mañana, temprano, Calogerino y tú venid aquí. Quizá haya una explicación para que nunca consigamos coger a ese hijo de puta de Sasà La Ferlita.