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(Presidente—Abogado Rinaldo Rusotto)
—Tiene la palabra el abogado Rinaldo Rusotto, representante del contable Rosario La Ferlita, que ha pedido daños y perjuicios.
—Gracias. ¡Señor presidente, señores de la Corte! Seré muy breve. No tengo más que dar lectura a esta declaración de mi cliente, el contable Rosario La Ferlita, dictada al notario Cataldo Rizzopinna y que pido sea adjuntada a las actas:
«Habiéndome vuelto ayer, por la Gracia del Señor, la memoria durante tanto tiempo perdida, me apresuro a afirmar que en la mañana del accidente que me ocurrió tenía una cita de negocios con el señor Amilcare Galvaruso. Al estar retrasado, salí a la carrera del portal y casi inmediatamente tropecé y caí. De lo que siguió, sólo recuerdo el caballo encabritado que se me venía encima. ¡Ojalá hubiera visto a mi amigo Pippo Genuardi! Habría corrido a sus brazos y no habría sucedido lo que ha sucedido a él y a mí. Ésta es la verdad. Sinceramente, Rosario La Ferlita».
—¿Qué más añadir, señores? Nosotros, después de cuanto hemos leído, retiramos la petición de daños y perjuicios. Gracias.