(Confidencial)
Ilustrísimo comendador
Corrado Parrinello
Viale Cappuccini, 23
Montelusa
Montelusa, 15 de octubre de 1891
Respetabilísimo comendador:
Mi insustituible predecesor, el añorado Gran Oficial Emanuele Filiberto Bàrberi-Squarotti, al hacerme entrega del mando de la Real Jefatura de Policía de Montelusa, de manera totalmente privada, tuvo a bien magnificar a Su Persona como digna de toda confianza y siempre preparada para la discreta colaboración con nuestra oficina en el supremo interés del País.
Afortunadamente, hasta ayer, no he tenido necesidad alguna de dirigirme a usted, abusando de su generosa disponibilidad. Pero ahora me veo en la obligación de comunicarle una cuestión de celosa delicadeza, respecto a la cual necesito de su ilustrado consejo para actuar, eventualmente, juntos.
He recibido de su superior, el prefecto de Montelusa Vittorio Marascianno, una carta confidencial adjuntando tres cartas enviadas a él por un tal Filippo Genuardi, de Vigàta.
En estas tres cartas Su Excelencia percibía mofa, insulto y secreta amenaza.
Francamente, con absoluta sinceridad, no he encontrado en tales misivas nada semejante.
El tono de la carta de Su Excelencia, en cambio, me ha alarmado bastante porque deja entrever un estado de ánimo, ¿cómo decir?, excitado y peligrosamente proclive a dar cuerpo a inexistentes sombras.
Usted comprende que, en un momento político tan delicado como el presente, una autoridad no perfectamente equilibrada, no completamente dueña de sí y de sus actos, puede representar un serio fallo, precursor de imprevisibles evoluciones.
Usted, por tanto, tiene la obligación, el deber, de hablarme de ello.
He tomado la precaución de escribirle a su dirección particular.
Venga a verme lo antes posible.
Con la más alta consideración,
Arrigo Monterchi