ESCENA IV

Elena Andreevna y Voinitzkii aparecen forcejeando en la puerta.

ELENA ANDREEVNA (luchando por arrebatarle la pistola):

¡Entréguemela! ¡Entréguemela le digo!

VOINITZKII:

¡Déjeme, «Heléne»! ¡Déjeme! (Logrando soltarse de ella, entra precipitadamente y busca con los ojos a Serebriakov.) ¿Dónde está? ¡Ah! ¡Está aquí! (Apuntándole y disparando.) ¡Pum!… (Pausa.) ¿No le he dado? ¿Me falló otra vez el tiro? (Con ira.) ¡Ah diablos! ¡Diablos!… (Golpea con la pistola sobre la mesa y se deja caer, agotado, en una silla. Serebriakov parece aturdido y Elena Andreevna, presa de un mareo, se apoya contra la pared.)

ELENA ANDREEVNA:

¡Llévenme de aquí! ¡Llévenme!… ¡Mátenme, pero no puedo quedarme un instante más! ¡No puedo!

VOINITZKII (con desesperación):

¡Oh! ¿Qué estoy haciendo? ¿Qué estoy haciendo?…

SONIA (en voz baja):

¡Amita! ¡Amita!…

TELÓN.