Puede parecer contradictorio, pero piensa una cosa: para que un producto afirme en su envase que es saludable, primero debe tener un envase, así que es más probable que sea un alimento procesado que uno natural. Además, solo los grandes productores disponen de medios para conseguir que las autoridades sanitarias les aprueben esos lemas con los que venden sus productos. Por lo general, son los productos de la moderna ciencia de la alimentación los que se anuncian con ese tipo de afirmaciones, que suelen estar fundadas en datos incompletos y en investigaciones deficientes. Piensa en la margarina, uno de los primeros alimentos industriales que afirmó ser más saludable que el alimento tradicional al que sustituía, y que resultó contener grasas trans, que pueden provocar ataques al corazón. La comida más sana del súper (los productos frescos) no alardea de lo saludable que es porque los agricultores no tienen ni dinero para ello ni envoltorio en el que publicitarse. No interpretes el silencio de los rabanitos como que no tienen nada importante que decir sobre tu salud.