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SÁLTATE LAS REGLAS ALGUNA QUE OTRA VEZ

Obsesionarse con las reglas del saber comer no es bueno para la felicidad de nadie, y seguramente tampoco para tu salud. Nuestra experiencia durante las últimas décadas parece indicar que hacer régimen y preocuparse demasiado por la nutrición no nos ha hecho estar más sanos ni más delgados. Por el contrario, cultivar una actitud más relajada hacia la comida es mucho más importante. Siempre habrá ocasiones especiales en las que querrás tirar estas reglas por la borda, pero no todas ellas caerán en saco roto (sobre todo si conservas la número 60). Lo que importa no es ese día puntual de la ocasión especial, sino la práctica diaria: los hábitos interiorizados que determinan cómo y qué comes en un día cualquiera. «Todo con moderación», suele decirse, pero no debemos olvidar ese sabio colofón que a veces se atribuye a Oscar Wilde: «… la moderación incluida».