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LOS CAPRICHOS, CAPRICHOS SON

No tiene nada de malo comer algo especial de vez en cuando, siempre que no sea todos los días. He aquí otro caso en que hemos salido perdiendo por dejar la preparación de nuestras comidas en manos de grandes corporaciones: alimentos que antes eran muy caros o cuya preparación requería mucho tiempo (desde el pollo frito a las patatas fritas o la bollería y los helados) ahora están a nuestra plena disposición. Freír pollo es tan pesado que la gente no solía prepararlo si no esperaba invitados y tenía mucho tiempo para cocinar. La cantidad de trabajo requerido mantenía a raya la frecuencia con que nos deleitábamos con estos caprichos. Los alimentos para ocasiones especiales constituyen algunos de los mayores placeres de esta vida, así que no deberíamos privarnos de ellos, pero sí reconsiderar el significado de «ocasión especial». Una forma de hacerlo es prepararlos en casa: si tienes que hacer tú el pastel del postre, seguro que no te tomarás la molestia todos los días. Otra estrategia es limitar el consumo de estos alimentos a los fines de semana o las reuniones sociales.