No, un escritorio no es una mesa. Si comemos mientras trabajamos, o mientras vemos la tele o conducimos, comemos mecánicamente… y en consecuencia comemos muchísimo más de lo que comeríamos sentados a una mesa de verdad, prestando atención a lo que estamos haciendo. Este fenómeno puede comprobarse (y dándole un buen uso, además) de una forma muy fácil: coloca a un niño delante de un televisor y ponle un plato de verduras crudas delante. El niño se comerá todo lo que hay en el plato, muchas veces incluso verduras que normalmente ni siquiera toca, sin darse cuenta de nada. Eso me hace pensar en una excepción a la regla: cuando no estés sentado a una mesa, limítate a comer frutas y verduras.