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DESAYUNA COMO UN REY, COME COMO UN PRÍNCIPE Y CENA COMO UN MENDIGO»

Darse una comilona por la noche parece poco saludable, aunque la ciencia no tiene pruebas concluyentes al respecto. Hay investigaciones que sugieren que comer poco antes de ir a la cama eleva los niveles de triglicéridos de la sangre, un marcador de enfermedades cardiovasculares que también está relacionado con el aumento de peso. Además, cuanta más actividad física lleves a cabo tras una comida, más energía quemarán tus músculos antes de que se almacene en forma de grasa. Aun así, hay investigadores que creen que una caloría es una caloría, no importa a qué hora la hayas consumido. De todas maneras, aunque esto sea cierto, cargar más las comidas de la primera mitad del día seguramente comportará reducir el total de calorías diarias, ya que por la mañana solemos tener menos hambre. Otro dicho popular relacionado con esto: «Después de almorzar, échate una siesta; después de cenar, ve a dar una vuelta».

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