En la actualidad creemos que es normal y que está bien comer hasta que estemos saciados, pero en muchas culturas se aconseja expresamente dejar de comer mucho antes de llegar a ese punto. Los japoneses tienen un dicho —«hara hachi bu»— que aconseja a la gente dejar de comer cuando se sienta llena en un 80 por ciento. La tradición ayurvédica de la India propone comer hasta que nos sintamos un 75 por ciento saciados; los chinos especifican que un 70 por ciento, y el profeta Mahoma describió un estómago lleno como el que contiene una tercera parte de alimentos, una tercera parte de líquidos y una tercera parte de aire, es decir, nada (fíjate en lo relativamente pequeña que es la horquilla que ofrecen todos estos consejos: todos indican algún punto entre un 67 y un 80 por ciento. Elige tú). También existe una expresión alemana que dice más o menos: «Hay que atar el saco antes de que se llene del todo». Y ¿cuántos de nosotros no hemos tenido abuelos que hablaban de «levantarse de la mesa con una pizca de hambre»? En esto, de nuevo los franceses tienen algo que enseñarnos. Al contrario que los anglosajones, que dicen «I'm hungry» («Estoy hambriento»), en francés, como en español, se dice «Tengo hambre». Al terminar, sin embargo, los franceses no dicen «Estoy lleno» («I'm full», dicen los anglosajones), sino «Je n'ai plus faim», «Ya no tengo más hambre». Es una forma completamente diferente de pensar en la sensación de saciedad. Así pues, no te preguntes si «estás lleno», pregúntate mejor si «ha desaparecido el hambre». Ese momento llegará muchos bocados antes.