Seguramente este es el consejo que menos te apetece oír, pero lo cierto es que contamos con pruebas científicas muy convincentes que nos aconsejan comer mucho menos de lo que es habitual en la actualidad (con independencia de que padezcamos o no sobrepeso). La «restricción calórica» ha demostrado repetidas veces que ralentiza el envejecimiento en animales, y muchos investigadores creen que representa el vínculo más sólido que tenemos entre la dieta y la prevención del cáncer. Comemos mucho más de lo que nuestro organismo necesita para mantenerse sano, y ese exceso causa estragos… y no solo en nuestro peso. Sin embargo, no somos los primeros humanos de la historia que lidiamos con los peculiares retos que nos plantea la abundancia de comida, y en culturas precedentes ya se habían diseñado diferentes fórmulas para promover la idea de la moderación. Las reglas que siguen a continuación ofrecen unas cuantas estrategias probadas.