Señores, se ruega que sigan atentamente al guía; el lugar todavía no funciona, pero sin embargo puede resultar peligroso; la entrada es baja, cuidado con las alas. Bien, detengámonos de momento aquí; pueden apoyarse en la balaustrada. Observen las dimensiones de esto que no es más que el primer compartimiento. Un hombre tardaría años en recorrerlo. No bastaría una vida. Vean, a la izquierda, aquella serie de celdas; están cerradas con unas rejas de hierro imperecederas, porque el dolor de quien está encerrado dentro debe ser observado por los guardianes. Está previsto que las celdas puedan estar al rojo vivo o heladas, según convenga. Las rejas están empotradas, carecen de cerraduras. Vean más abajo aquellos rectángulos, que parecen lápidas; de allí se baja a una celda en forma de tumba, pero cuyo fondo es fuego purísimo. Fáciles de abrir desde fuera, una sola vez, imposibles desde dentro; una mirilla permite presenciar lo que sucede en su interior. Síganme, a la izquierda. Vean en la pared de enfrente los enormes respiraderos: despiden tinieblas. Por muy imposible que parezca, las tinieblas pueden aumentar indefinidamente; quien esté rodeado por las tinieblas las verá crecer, ininterrumpidamente, eternamente. Les rogamos que nos sigan. Entramos en un pasillo: observen unas antorchas claveteadas, las cadenas para calentar al rojo vivo. Oigan, al dar una palmada, cuán profundo es el eco; las dimensiones son enormes. Desde aquí hasta donde llega su vista hay pinchos móviles que pueden atravesar de parte a parte. Aquí estarán los ojos de recambio con que reponer los de quienes deberán ser continuamente cegados. Cuidado, no sigan; aquí se abre un abismo con las paredes absolutamente lisas y verticales, y que sin embargo deberá ser recorrido a pie, cayendo siempre y sin acabar de caer nunca; prácticamente, carece de fondo. Ésta es la sala de los cuchillos; naturalmente los cuchillos se mueven por su cuenta. Este arpón es utilizado para dar la vuelta; las vísceras ocupan el lugar de la piel, de la cabeza, de los miembros; estos guantes están hechos de gusanos que comen cualquier cosa, y la devuelven de manera que lo que ha sido devorado sea recompuesto. Actualmente los gusanos están inactivos. Éste es el lugar de la sangre y de la orina. Señores, veo que se ha hecho tarde, y por otra parte el lugar es infinito. Llevará tiempo aprender a recorrerlo y sobre todo a utilizarlo. Les ruego que mañana estén a punto una hora antes de lo habitual. Mañana es el día de la Creación del Mundo.