La sirena

Ray Bradbury

Filmada como EL MONSTRUO DE TIEMPOS REMOTOS (Warner Brothers, 1953).

Cuando Ray Bradbury escribió La sirena en la niebla para el Saturday Evening Post en 1952, abrió sin saberlo una Caja de Pandora llena de monstruosos behemots que no dejarían de atacar a los públicos de los cines durante los siguientes años.

Su vívido relato de un reptil gigante irremediablemente atraído por la inanimada luz de un faro sirvió como base para El monstruo de tiempos remotos, el primero de los muchos filmes de dinosaurios-liberados-por-el-átomo que los estremecidos espectadores devoraron durante los años 50 y principios de los 60.

Aunque la película se centraba principalmente en las escenas de la criatura de diez pisos de altura causando estragos en el centro de Manhattan, la breve pero efectiva historia de Bradbury quedaba condensada en una escasa pero hermosa secuencia de cuatro minutos. Las imágenes del gigantesco reptil acariciando violentamente la oscura estructura de piedra captan soberbiamente la mezcla maestra de fantasía y patetismo.

Parte del mérito de esta cuidada y poco habitual elaboración debe ser atribuido al mago de los efectos especiales, Ray Harryhausen. Utilizando una difícil y larga técnica de animación cuadro a cuadro, Harryhausen se sirvió de un modelo de dinosaurio de noventa centímetros de altura, expuso un cuadro de la película, movió la réplica del reptil imperceptiblemente, expuso otro cuadro, y así sucesivamente.

Se necesitaron aproximadamente siete meses para completar los elaborados efectos especiales e incorporarlos a la filmación de las escenas reales, las cuales, en comparación, habían sido rodadas en un período de apenas dos semanas. Luego, a partir del 13 de junio de 1953, El monstruo sembró el terror a lo largo de más de mil quinientos cines en toda América. A finales del verano había recaudado en taquilla más de cinco millones de dólares: ¡más de veinte veces su coste original de producción!

Es innecesario decir que a partir de entonces los monstruos gigantescos surgieron por todas partes del globo en busca de su bocado en el negocio. Gran Bretaña soltó a El gigante Behemot y el prehistórico Gorgo, Estados Unidos presentó sus hormigas gigantes en La humanidad en peligro, Italia nos proporcionó la viscosa masa de Caltiki y Japón puede enorgullecerse de la criatura que más ha sobrevivido de todos los tiempos, Godzilla, el rey de los monstruos.

Si Ray Bradbury lo hubiera sabido…

JIM WYNORSKI