«Summer Lorensen —piensa Frank—. En 1985 fue la fiesta en el barco de Donnie Garth y después la escenita en su casa. Eso era lo que Mike trataba de decirme. Todo está relacionado con el “hijo afortunado”».
Frank mira el reloj. Son las tres y media de la mañana y tiene que esperar como mínimo un par de horas antes de poder hacer algo al respecto.
Lo mejor que puede hacer es dormir un poco. Sin embargo, levantarse de la silla supone un gran esfuerzo y le duele demasiado para moverse, conque simplemente se echa hacia atrás y cierra los ojos.