«Ha sido un suicidio. Como no tenía cojones para apretar el gatillo contra sí mismo, me ha hecho hacerlo a mí —piensa Frank mientras sale de la casa y se mete en el coche—. Mike simplemente no quería vivir más».
Frank comprende.
«Es lo que ocurre con esta vida que llevamos, que poco a poco te lo va quitando todo y te deja sin nada. Tu casa. Tu trabajo. Tu familia. Tus amigos. Tu fe. Tu confianza. Tu amor. Tu vida. Aunque, a estas alturas, ya ni siquiera quieres seguir viviendo».
Lo pillan bajando por una curva de la Autopista 78.