Una nueva mañana. Otra más. Casco, guantes, y botón de arranque. El rugido del motor tapando los nuevos Lo Siento que surgen de la fría piedra del Cristo Nazareno. Cerrar los ojos un segundo, abrirlos, apretar de dientes y acelerar. Bajar la calle Cervantes hasta Neptuno y comenzar la lucha diaria contra el tráfico. O’Donnell, M-30, Avenida Gran Vía de Hortaleza. Once kilómetros ochocientos metros. Veinticinco minutos si hay suerte. Veinte los días festivos. Bordear los muros blancos de la Comisaría General de la Policía. Enseñar la identificación en la entrada y sumergir el bramido de la Monster en el parking subterráneo del edificio de la Brigada. Una nueva mañana. Otra más. No esperas que sea distinta. No esperas nada.