No sé por qué estaba tan contenta de ver a Auggie después de tanto tiempo, ni por qué me sentó tan bien su abrazo.
—No me lo puedo creer. Has crecido muchísimo —le dije.
—¡Creía que ibas a salir en la obra! —me dijo.
—No me encontraba bien —contesté—. Pero Via lo ha hecho de maravilla, ¿no crees?
Hizo un gesto de aprobación. Dos segundos después nos encontró Isabel.
—¡Miranda! —exclamó alegremente, y me dio un beso en la mejilla antes de dirigirse a August—: No vuelvas a desaparecer así.
—Eres tú quien ha desaparecido —le contestó Auggie.
—¿Cómo te encuentras? —me dijo Isabel—. Via nos ha dicho que estabas indispuesta…
—Estoy mucho mejor —contesté.
—¿Ha venido tu madre? —preguntó Isabel.
—No, tenía un compromiso del trabajo, pero no pasa nada —dije sinceramente—. Aún quedan dos funciones más, aunque no creo que interprete a Emily tan bien como Via esta noche.
Llegó Nate y tuvimos básicamente la misma conversación.
—Oye, vamos a cenar para celebrar el éxito de la obra —dijo Isabel—. ¿Te apetece venir con nosotros? ¡Nos encantaría que vinieras!
—Eh… no… —empecé a decir.
—Por favoooor —dijo Auggie.
—Debería irme a casa —contesté.
—Insistimos —replicó Nate.
Entonces llegaron Via y Justin con su madre. Via me pasó el brazo por encima de los hombros.
—Pues claro que vienes —dijo, sonriéndome como en los viejos tiempos.
Salimos todos juntos de aquel gentío y tengo que reconocer que por primera vez en mucho, mucho tiempo, fui completamente feliz.