Jack Will, Julian, Charlotte y yo recorrimos un enorme pasillo hasta llegar a unas amplias escaleras. Nadie dijo nada mientras subíamos hasta la tercera planta.
Cuando llegamos a lo alto de las escaleras, recorrimos un pequeño pasillo lleno de puertas. Julian abrió la que tenía un letrero que ponía 301.
—Esta es nuestra aula de tutoría —dijo, plantándose ante la puerta entreabierta—. Tenemos a la señora Petosa. Dicen que no está mal, al menos pone pocos deberes. Dicen que si te toca en mates es muy estricta.
—No es verdad —repuso Charlotte—. Mi hermana la tuvo el año pasado y dice que es buena.
—No es lo que he oído yo —contestó Julian—. Pero qué más da. —Cerró la puerta y siguió andando por el pasillo.
—Este es el laboratorio de ciencias —dijo al llegar a la siguiente puerta. Igual que había hecho dos segundos antes, se quedó plantado frente a la puerta entreabierta y se puso a hablar. Mientras hablaba no me miró ni una vez; no me importó, porque yo tampoco lo estaba mirando—. Hasta el primer día de clase no sabrás a quién te toca en ciencias, pero más te vale que sea el señor Haller. Antes estaba en primaria y a veces tocaba su enorme tuba en clase.
—Era un bombardino barítono —replicó Charlotte.
—¡Era una tuba! —contestó Julian cerrando la puerta.
—Tío, déjale entrar para que pueda verlo —dijo Jack Will, que le dio un empujón a Julian y abrió la puerta.
—Entra si quieres —respondió Julian mirándome por primera vez.
Me encogí de hombros y me acerqué a la puerta. Julian se apartó rápidamente, como si temiera que pudiese tocarlo sin querer al pasar a su lado.
—No hay mucho que ver —dijo Julian, entrando detrás de mí. Se puso a señalar unas cuantas cosas que había en la clase—. Eso de ahí es la incubadora. Eso grande y negro es la pizarra. Esas son las mesas. Y esas son las sillas. Eso de ahí son mecheros Bunsen. Esto es un póster de ciencias asqueroso. Esto es tiza. Y este es el borrador.
—Seguro que ya sabe lo que es un borrador —repuso Charlotte en un tono que me recordó a Via.
—¿Y cómo quieres que sepa lo que sabe y lo que no? —contestó Julian—. El señor Traseronian dice que nunca ha ido a clase.
—Sabes lo que es un borrador, ¿verdad? —me preguntó Charlotte.
Confieso que estaba tan nervioso que no sabía qué decir ni qué hacer aparte de mirar el suelo.
—¿Sabes hablar? —preguntó Jack Will.
—Sí —contesté asintiendo. Seguía sin atreverme a mirarlos a la cara.
—Sabes lo que es un borrador, ¿verdad? —preguntó Jack Will.
—¡Pues claro! —farfullé.
—Ya te he dicho que aquí no había nada que ver —comentó Julian, encogiéndose de hombros.
—Tengo una duda —dije, intentando que no me temblase la voz—. Eh… ¿Qué es exactamente un aula de tutoría? ¿Es una asignatura?
—No, es tu grupo —explicó Charlotte, haciendo como que no había visto la sonrisilla de Julian—. Es el aula a la que acudes cuando vienes al colegio por la mañana y donde tu tutor pasa lista y esas cosas. Es como tu clase principal, aunque no sea una clase de verdad. Bueno, sí es una clase, pero…
—Creo que ya lo ha pillado, Charlotte —dijo Jack Will.
—¿Lo has pillado? —me preguntó Charlotte.
—Sí —contesté asintiendo de nuevo.
—Vámonos de aquí —propuso Jack Will, saliendo del aula.
—Espera, Jack. Se supone que tenemos que resolverle las dudas —dijo Charlotte.
Jack Will puso los ojos en blanco mientras se daba media vuelta.
—¿Tienes alguna duda más? —preguntó.
—Eh… No —respondí—. Bueno, la verdad es que sí. ¿Cómo te llamas, Jack o Jack Will?
—Me llamo Jack. Will es mi apellido.
—Ah. Como el señor Traseronian te ha presentado como Jack Will, he pensado…
—¡Ja! ¿Pensabas que se llamaba Jackwill? —preguntó Julian riéndose.
—Sí, hay gente que me llama por el nombre y el apellido —contestó Jack, encogiéndose de hombros—. No sé por qué. ¿Podemos irnos ya?
—Vamos ahora al salón de actos —intervino Charlotte, saliendo la primera del aula de ciencias—. Es muy chulo. Te va a gustar, August.