Vale, soy un hipócrita. Ya lo sé. El primer día de clase recuerdo haber visto a August en la cafetería. Todos lo estaban mirando y hablando sobre él. Entonces, nadie se había acostumbrado a su cara ni sabía que iba a Beecher, así que para mucha gente fue un shock verlo allí el primer día de clase. A casi todos les daba miedo acercarse a él.
Cuando lo vi entrar en la cafetería por delante de mí supe que no tendría a nadie con quien sentarse, pero no me apetecía sentarme con él. Había estado con él toda la mañana porque teníamos muchas clases juntos, y supongo que solo quería pasar un rato relajado con otra gente. Cuando vi que ocupaba una mesa al otro lado de la barra, busqué a propósito una mesa tan lejos de la suya como pude. Me senté con Isaiah y Luca, aunque no los conocía de nada, y nos pasamos el rato hablando de béisbol, y también jugué al baloncesto con ellos en el recreo. A partir de entonces fueron mis compañeros de mesa.
Me enteré de que Summer se había sentado con August. Me sorprendió, porque sabía que Traseronian no le había pedido a ella que se hiciese amiga de Auggie. Sabía que solo lo hacía por ser amable, y pensé que era muy valiente por su parte.
Y allí estaba, sentado con Summer y con August, que fueron tan amables conmigo como siempre. Les conté todo lo que me había dicho Charlotte, menos la parte de que había «explotado» por culpa de ser amigo de Auggie, y lo de que la madre de Julian decía que Auggie tenía necesidades especiales, y lo del consejo escolar. De hecho, creo que lo único que les conté era que Julian había celebrado una superfiesta durante las vacaciones y que había puesto a todo el curso en mi contra.
—Se hace muy raro que la gente no te dirija la palabra, como si no existieras —comenté.
Auggie sonrió.
—¿Tú crees? —dijo con tono sarcástico—. ¡Bienvenido a mi mundo!