La primera es que uno llega a acostumbrarse a su cara. Las primeras veces fue en plan: «Uf, nunca voy a acostumbrarme a esto». Pero luego, pasada una semana, ya era: «Bueno, no hay para tanto».
La segunda es que en realidad es un tío bastante guay. Bueno, es bastante gracioso. Por ejemplo, el profesor dice algo y August me susurra algo gracioso que solo oigo yo y eso hace que me parta de risa. En general, también es un tío majo. Es fácil pasar un rato con él y hablar y tal.
La tercera es que es muy listo. Pensaba que iría retrasado porque nunca había ido al colegio, pero en casi todas las asignaturas va más avanzado que yo. A lo mejor no es tan listo como Charlotte o Ximena, pero no le falta mucho. Y, a diferencia de Charlotte y Ximena, me deja copiar si lo necesito (aunque solo lo he necesitado un par de veces). También me dejó copiar sus deberes una vez, aunque nos echaron la bronca a los dos después de clase.
—Los dos tenéis las mismas respuestas mal en los deberes de ayer —dijo la señora Rubin mirándonos como si estuviese esperando una explicación. No supe qué decir, porque la explicación habría sido: «Bueno, eso es porque copié los deberes de August».
Pero August mintió para protegerme.
—Bueno, eso es porque ayer hicimos los deberes juntos —dijo, lo cual no era cierto.
—Bueno, hacer los deberes juntos está bien —contestó la señora Rubin—, pero se supone que debéis hacerlos por separado, ¿vale? Podéis trabajar juntos si queréis, pero no podéis hacer los deberes juntos, ¿vale? ¿Lo habéis entendido?
—Tío, gracias por ayudarme —dije cuando salimos de clase.
—No pasa nada —contestó él.
Aquel gesto fue guay.
La cuarta es que, ahora que lo conozco, diría que quiero ser amigo de verdad de August. Reconozco que al principio solo era amable con él porque el señor Traseronian me lo pidió. Pero ahora elegiría juntarme con él. Se ríe de todos mis chistes. Y es como si a August pudiese contarle cualquier cosa. Es como si fuera un buen amigo. Por ejemplo, si todos los niños de quinto estuviesen uno al lado del otro de cara a la pared y tuviese que elegir a alguien con quien quisiera juntarme, elegiría a August.