La fiesta de Halloween

Estaba muy emocionada porque Savanna me había invitado a la fiesta de Halloween.

Savanna es probablemente la niña más popular del colegio. Les gusta a todos los niños. Todas las niñas quieren ser amigas suyas. Fue la primera del curso en tener «novio». Era un chico que va a la Escuela Secundaria 281, aunque ella lo dejó y empezó a salir con Henry Joplin. Tiene sentido, porque los dos parecen ya unos adolescentes.

El caso es que, aunque no estoy en el grupo de las «populares», me invitó, y eso es guay. Cuando le dije a Savanna que había recibido su invitación y que iría a su fiesta, fue muy maja conmigo, aunque me dejó bien claro que no había invitado a mucha gente, así que era mejor no ir por ahí presumiendo de que me había invitado. A Maya, por ejemplo, no la había invitado. Savanna también me dejó bien claro que no llevase disfraz. Menos mal que me lo dijo, porque, claro está, a una fiesta de Halloween habría ido con disfraz. No con el de unicornio que me había hecho para el desfile de Halloween, sino con el de gótica que había llevado a clase. Pero ni siquiera eso estaba bien visto en la fiesta de Savanna. Lo único malo de ir a la fiesta de Savanna era que ya no podría ir al desfile ni podría ponerme el disfraz de unicornio. Eso era un rollo, pero en fin…

Cuando llegué a la fiesta, Savanna me recibió en la puerta.

—¿Y tu novio, Summer? —No sabía de qué me estaba hablando—. Digo yo que en Halloween no le hará falta llevar máscara, ¿no? —añadió, y entonces supe que estaba hablando de August.

—No es mi novio —dije.

—Ya lo sé. ¡Era broma!

Me dio un beso en la mejilla (todas las niñas de su grupo se daban besos en la mejilla cada vez que se veían y se decían «Hola») y colgó mi abrigo en un perchero del pasillo. Luego me cogió de la mano y bajamos las escaleras hasta el sótano, que era donde se celebraba la fiesta. No vi a sus padres por ninguna parte.

Allí había unas quince personas: todos eran «populares», tanto del grupo de Savanna como del de Julian. Podría decirse que se habían fundido en un gran supergrupo de niños y niñas populares ahora que algunos habían empezado a salir los unos con los otros.

Ni siquiera sabía que hubiese tantas parejas. Bueno, sabía lo de Savanna y Henry, pero ¿Ximena y Miles? ¿Y Ellie y Amos? Ellie está casi tan plana como yo.

Cuando llevaba allí unos cinco minutos, Henry y Savanna se pusieron a mi lado. Casi podría decirse que estaban revoloteando a mi alrededor.

—Queremos saber por qué te juntas tanto con el Chico Zombi —dijo Henry.

—No es un zombi —contesté riéndome, como si estuviesen haciendo una broma. Estaba sonriendo, pero no me apetecía nada sonreír.

—¿Sabes, Summer? —me dijo Savanna—, serías mucho más popular si no te juntases tanto con él. Voy a ser sincera contigo: a Julian le gustas. Quiere pedirte para salir.

—Ah, ¿sí?

—¿Te parece guapo?

—Eh… sí, supongo. Sí, es guapo.

—Pues vas a tener que elegir con quién quieres relacionarte —dijo Savanna. Me hablaba como le hablaría una hermana mayor a su hermana pequeña—. Le caes bien a todo el mundo, Summer. Todos piensan que eres maja y muy, muy guapa. Podrías formar parte de nuestro grupo si quisieras y, créeme, en nuestro curso hay muchas chicas a las que les encantaría.

—Lo sé —dije—. Gracias.

—De nada —contestó—. ¿Quieres que le diga a Julian que venga a hablar contigo?

Miré hacia donde estaba señalando y vi a Julian mirándonos.

—Eh… la verdad es que tengo que ir al baño. ¿Dónde está?

Fui a donde me indicó, me senté en el borde de la bañera, llamé a mamá y le pedí que fuese a recogerme.

—¿Va todo bien? —preguntó mamá.

—Sí, pero no quiero quedarme —contesté.

Mamá no hizo más preguntas y me dijo que tardaría diez minutos en llegar.

—No llames al timbre —le dije—. Llámame por teléfono cuando estés fuera.

Me quedé en el cuarto de baño hasta que llegó mamá. Entonces, subí al piso de arriba sin que nadie me viese, cogí el abrigo y salí a la calle.

Solo eran las nueve y media. El desfile de Halloween aún estaba muy animado por la avenida Amesfort. Había un montón de gente por todas partes. Todos iban disfrazados. Había esqueletos, piratas, princesas, vampiros, superhéroes.

Pero ni un solo unicornio.