Guía de las flores comestibles de las Waverley

Achicoria: disimula la amargura. Da a quien la ingiere la sensación de que todo va bien. Es una flor encubridora.

Angélica: se adapta a cualesquiera que sean las necesidades del momento, pero es especialmente útil para calmar a los niños hiperactivos sentados a la mesa.

Anís hisopo: alivia la frustración y la confusión.

Boca de dragón: protege de las malas influencias ajenas, en especial de personas con sensibilidades mágicas.

Botón de oro: ayuda a encontrar cosas que habían permanecido ocultas. Es una flor clarificadora.

Bulbo de Jacinto: provoca melancolía y pensamientos relacionados con penas del pasado. Usar únicamente bulbos secos. Es una flor para los viajes en el tiempo.

Caléndula: provoca afecto, pero a veces acompañado de celos.

Capuchina: despierta el apetito en los hombres. Hace que las mujeres se muestren reservadas. A veces, cuando la compañía es mixta, tienen lugar relaciones sexuales secretas. No pierda a sus invitados de vista.

Diente de león: estimulante que fomenta la fidelidad. Entre los efectos secundarios más frecuentes, se encuentra la ceguera ante los defectos y las disculpas espontáneas.

Flor de cebollino: garantiza que se ganará cualquier discusión. En determinados casos, también es un antídoto para los sentimientos heridos.

Flores de calabaza y calabacín: servir en caso de requerir comprensión y entendimiento por parte de los demás. Es una flor clarificadora.

Gero de rosa: produce recuerdos de buenos momentos del pasado. Tiene el efecto contrario del bulbo de jacinto. Es una flor para los viajes en el tiempo.

Hierbabuena: un método de ocultamiento muy sutil y eficaz. En combinación con otras flores comestibles, confunde a quien la ingiere, ocultando de ese modo la verdadera intención que hay detrás de lo que se está haciendo. Es una flor encubridora.

Hierbaluisa: produce una pausa en la conversación sin que, misteriosamente, el silencio resulte incómodo. Muy útil cuando se tienen invitados muy nerviosos o extremadamente habladores.

Lavanda: levanta el ánimo. Evita la toma de decisiones erróneas por culpa del cansancio o la depresión.

Lila: útil cuando es necesaria cierta dosis de humildad. Garantiza que el hecho de humillarse ante el otro no sea utilizado en su contra.

Madreselva: para ver en la oscuridad, pero solo si se usa la madreselva de un sarmiento de al menos medio metro de espesor. Es una flor clarificadora.

Melisa: tras su ingesta, durante un corto espacio de tiempo, quien la consume piensa y siente como cuando era joven. Antes de servirla, es imprescindible cerciorarse de que no haya ningún antiguo demonio sentado a la mesa. Es una flor para los viajes en el tiempo.

Pensamiento: anima a quien lo ingiere a prodigarse en cumplidos y a hacer regalos por sorpresa.

Pétalo de rosa: estimula el amor.

Tulipán: otorga a quien lo ingiere una sensación de perfección sexual. Un posible efecto secundario consiste en ser susceptible a las opiniones ajenas.

Violeta: un magnífico colofón para una comida. Procura sosiego, produce felicidad y siempre es garantía de una noche de sueño reparador.