Capítulo 74

Después de dos semanas de tratamiento intensivo, el cuerpo médico había considerado que Maxime Revel podía salir del hospital con la condición de que guardara reposo y no abusara de sus fuerzas. ¡Era como pedir peras a un olmo! Ya era milagroso que hubiera aceptado guardar cama tanto tiempo. Había estado incluso a punto de morir, al mismo tiempo que Elvire Porte. Lo habían encontrado en el suelo, justo en el momento en que Léa llegaba a Versalles, con la cara pálida y cansada, con los ojos hinchados por las lágrimas. Y justo antes de que Marlène se uniera a ellos, cuando descubrió medio muerto al hombre al que había amado, al mismo tiempo que conocía a la hija de este, que tenía un aspecto espectral. Marlène había decidido ser clara y no morderse la lengua.

Revel había sobrevivido a la infección pulmonar pero sabía que solo había ganado una partida: el mal diagnosticado lo consumiría… Lo primero que pidió cuando salió del servicio de oncología pulmonar fue ir a degustar un plato muy roborativo, como chucrut o algún guiso de verduras y carne, un cocido o cuscús. Sus acompañantes lo llevaron a comer liebre royal en el Trianon Palace. Marlène anhelaba dejarlo con ellos, pero quería pagar la cuenta. Después de ello, tal y como él exigió, Lazare, Mimouni, Glacier y Breton lo condujeron a su despacho.

Informe de investigación

15 de enero de 2012

Del comandante Maxime Revel

al señor director regional de la policía judicial

de Versalles por la vía jerárquica.

Objeto: homicidios voluntarios.

Víctimas: Liliane Porte, nacida Robille, 67 años.

Jean Porte, 67 años.

Autores: Jérémy Dumoulin, 26 años.

Thomas Fréaud, 25 años, difunto.

Referencia: comisión rogatoria expedida el 22 de diciembre de 2011 por su señoría el juez de instrucción Martin Melkior.

Documentos que acompañan: 30 procesos verbales, con su copia conforme.

Un álbum fotográfico, 80 precintados.

Tengo el honor de dar cuenta de los resultados de la concienzuda investigación de los hechos arriba documentados.

Para recordar los hechos iniciales, hay que remitirse a los informes precedentes realizados por las diferentes comisiones rogatorias expedidas a partir del 20 de diciembre de 2001.

El 20 de diciembre de 2011, cuando me encontraba de paso en Rambouillet, en la plaza Félix-Faure, llegaron ciertas informaciones a mi conocimiento que podían dar un nuevo empuje a los asesinatos del matrimonio Porte, Jean y Liliane, que sucedieron exactamente diez años antes, y que no pudieron resolverse. Los nuevos hechos afectan a Jérémy Dumoulin y su madre, Elvire Porte, viuda de Dumoulin, al comprobarse que se estaban realizando importantes obras de acondicionamiento en el bar La Fanfare, rebautizado como Les Furieux, para convertirlo en un burdel, y porque el propietario que lo explotaba, Jérémy Dumoulin, había mantenido a su madre al margen de sus nuevos proyectos.

Además, se pudo comprobar que uno de los testigos visuales, el joven Nathan Lepic, de ocho años en el momento de los hechos y afectado por una forma severa del síndrome de Asperger, había vuelto a instalarse delante de Les Furieux después de pasar diez años en un centro especializado. Su evolución y su memoria excepcional permitían pensar que podía en la actualidad dar testimonio de lo que había visto durante la noche del 20 de diciembre y la mañana del 21 de diciembre de 2001.

Una primera serie de entrevistas realizadas a la familia Lepic aportó un elemento importante que la investigación inicial no había revelado: la señora Aline Dumas, abuela de Nathan Lepic y amiga de la infancia de la víctima Liliane Porte, había provocado involuntariamente la muerte de los dueños del café al llamar por teléfono a Elvire Porte para avisarla de que sus padres estaban a punto de irse a vivir a España. Jamás, en ningún momento de la investigación, Elvire Porte había mencionado esa llamada de teléfono. Según su propia confesión, recogida bajo mis órdenes, unas horas antes de su muerte, en el hospital André Mignot, Elvire Porte, después de la llamada de Aline Dumas, fue a buscar a su hijo para informarle de la noticia. Ella estaba furiosa y trastocada porque dependía financieramente de sus padres, que no la habían hecho partícipe en ningún momento de sus proyectos. Esta búsqueda la hizo llamar a la MJC de Rambouillet donde su hijo debía de estar ensayando con la coral. Esa tarde no se encontraba allí, pero Jérémy apareció oportunamente en casa de su madre en torno a las 21 h 15 m, tal y como ella había declarado ya en 2001. Sin embargo, al contrario de lo que ella había afirmado entonces, el chico, enfurecido por lo que su madre acababa de explicarle sobre sus abuelos, había vuelto a salir para pedirles cuentas. Iba acompañado de un amigo, Thomas Fréaud. Los dos chicos se fueron montados en una scooter Piaggio Boxer roja, robada. Volvieron una hora más tarde y confesaron a Elvire Porte haber matado a puñaladas al matrimonio de ancianos: Jérémy, a Jean Porte en el café; Thomas Fréaud, a Liliane Porte en su cocina. Una huella digital que se encontró en la puerta de la casa perteneciente a Fréaud apoya este punto. Sin embargo, las manchas de sangre que se descubrieron en el umbral y que se creía que le pertenecían a él no se han podido identificar, lo que deja todavía lugar a la duda sobre el desarrollo exacto de los hechos que, solo, actualmente, Jérémy Dumoulin estaría en condiciones de aclarar. Tras volver a casa, Jérémy y Thomas se quitaron la ropa manchada de sangre y se lavaron. Quemaron la scooter junto con un montón de ropa manchada, en un campo a las afueras de la ciudad, no lejos de la casa deteriorada que habitaba entonces Elvire Porte, cerca de la glorieta que conduce a Poigny-la-Forêt y Saint-Léger-en-Yvelines.

Para proteger a su hijo, Elvire Porte siempre mantuvo que había pasado la noche con ella. Para fortalecer su coartada, había llamado por teléfono a sus padres, aunque ya sabía que estaban moribundos o muertos, a las 22 h y a las 22 h 15 m. Evidentemente, no obtuvo respuesta.

El examen de los cuadernos de Nathan Lepic permitió confirmar las declaraciones de Elvire Porte:

—El 20 de diciembre de 2001, a las 21 h 30 m, una scooter Piaggio roja llega delante del bar que acaba de cerrar. Nathan recuerda haber visto bajar a dos muchachos.

—La misma noche, a las 21 h 45 m, recuerda que los muchachos volvieron a marcharse en la moto.

Estos datos se descubrieron tras el examen de los cuadernos en los que Nathan, de 8 años en 2001, dibujaba vehículos y motores, a los que en ocasiones asociaba números de matrículas. La scooter Piaggio Boxer aparecía dibujada con gran detalle. (Entrevista realizada tras el examen de los cuadernos llevada a cabo por los tenientes Glacier y Breton).

Nathan Lepic recuerda que esa noche, mientras dibujaba la Piaggio, la persiana metálica que protegía el escaparate del bar estaba echada. Por la mañana, estaba subida cuando la señora Porte llegó y fingió descubrir los cadáveres. Ese misterio no pudieron explicarlo ni la señora Porte, que no lo recordaba, ni Nathan Lepic.

En virtud de todo lo expuesto, debería interrogarse a Jérémy Dumoulin respecto a su papel en la muerte de sus abuelos. Con toda certeza tiene un alto grado de responsabilidad.

El capitán de policía