Capítulo 41

En torno a la medianoche, Revel había agotado todos los recursos de su repertorio. Había encendido el ordenador de Léa donde solo había encontrado una libreta de direcciones escasa, muy parecida a la suya. Las pocas amigas de su hija con las que consiguió hablar no pudieron decirle nada. Léa se había encerrado en sí misma hasta un punto que no había imaginado jamás. Una de ellas, de nombre Natacha, sugirió que tal vez Léa había podido refugiarse en casa de una profesora de lengua, con la que solía hablar. La mujer, en plena fiesta familiar en Besançon, envío a Revel educadamente a paseo, no sin antes añadir que se preocupaba un poco tarde de la suerte de su hija. Por mucho que insistió, ella se negó a decirle nada más, pero dejó una cosa clara, que Léa no se había refugiado de su padre en su casa. El comandante recibió este último comentario como una bofetada. Después llamó a todos los hospitales de la región. Llamó a Protección Civil y a los bomberos.

En el dormitorio de Léa, volvió a registrar su ordenador hasta que descubrió horrorizado una faceta de su hija que él ignoraba. Deseó no haber leído jamás los e-mails en los que la joven hablaba de su soledad y de lo mucho que sufría. En los días anteriores, había borrado muchos mensajes. En la papelera, consiguió abrir uno de una agencia de Air France, de hacía una semana. Una tal Zohra pedía a Léa que se pusiera en contacto con ella inmediatamente. Aterrado se dio cuenta de que, sin duda, Léa se había ido. Lejos de allí, en un avión. Se puso de pie, y se tambaleó como un árbol bajo los embates de una fuerte tormenta. En medio de la habitación de su hija, tomó conciencia de la ruina en la que se había convertido su vida. Tuvo la impresión de que alguien lo apuñalaba violentamente por la espalda, mientras otro desconocido le golpeaba el pecho. Sintió que la habitación se estrechaba, que el suelo se elevaba bruscamente para golpearle la frente. Se había caído de bruces sin poder hacer el menor gesto. Se dio con la cabeza en el borde de la cama y se sumió en la noche.